lunes, 25 de junio de 2012

MARCHA MINERA



      “Andaban, y al andar cantaban. Eterna memoria…”. Con esta frase inicia B. Pasternak la épica humana e intelectual del “Doctor Zhivago”. Hermosa clave en la que caminan hoy los mineros asturianos, leoneses y aragoneses, entonando alto el limpio himno de su dignidad en favor del pan que se deben y deben a sus familias, ese blanco pan que vienen batallando en el negro sudor de la mina.
      Falta de rentabilidad del carbón, esa es la sentencia que los condena a la amarga realidad de ser y sentirse inútiles y gravoso para nuestro maltrecho ser económico. Y ellos, veta mineral de carne y brava ternura se rebelan reivindicándose imprescindibles en su condición de hombres y trabajadores.
      Hay seres que parecen condenados a nacer y morir en la grave falta de no merecer cuidado, así es con ellos, porque si despiadada fue la exigencia que los llevó a descender a las entrañas de la tierra en busca del negro motor de nuestra civilizada prosperidad, no lo es menos la injusta acusación que hoy recae sobre ellos.
      El estado puede exigirles cordura en la protesta, resignación en la adversidad, desistimiento, en suma, de la defensa de una actividad fenecida. Por el contrario, un pueblo no puede hacerlo, por la sencilla razón de que son carne de su carne. Por eso, mientras ellos caminen ese pueblo ha de ser “los pies, los caballos y ese soplo de viento, que no sólo lo parece, sino, que continúa su canto en las pausas”, tal como advirtió el poeta.


martes, 19 de junio de 2012

EL SER Y LA SIGLA



      Siguiendo en los distintos medios de comunicación el esperpento diario de la tropa política no cabe sino preguntarse irónico, ¿dónde ocurrieron éstos? En fin, que no parecen de este mundo, tampoco del otro, porque vivos sin que son. De otro planeta, aventuramos, pero para qué engañarnos, su constitución anatómica amén de sus nombres y apellidos los ubican en el género y en lo geográfico, de qué sino se iban a apellidar Pérez los Rubalcaba y llamarse Mariano los Rajoy. Son de aquí, de las calles de nuestros ocurrentes pueblos y ciudades, es más, se hallan inscritos en los libros de ocurrencias civiles. Son hijos de padres y madres como las nuestras, sólo que más mentadas por mor del mal talante que nos gastamos.
       Para esclarecer el misterio de porque se nos antojan tan distintos y distantes tomemos prestado un sacerdote, entra el aspirante en el seminario siendo, pongamos, de Ourense y sale universal, y no por su domino del latín, sino porque la iglesia ha obrado el milagro de vaciarlo para colocar dentro un cura, de ahí que parezcan cortados todos por el mismo patrón. Pues igual al político, entra en la organización entero y sale partido, no digo roto, sino pura sigla: PP, PSOE, CIU, PNV. De hecho las votamos en la difuminada piel de un puñado de hombres y mujeres cuya noción de servicio ha sido pervertida por una rutina que ellos pomposamente tildan de coherencia y un ideario de conveniencias que nombran ideología.
José Romero P. Seguín.

miércoles, 13 de junio de 2012

LA PARADOJA DEL ICEBERG



      Si nos intervienen como Estado nos morderá la negra boca de la ruina, si por el contrario el gobierno consigue evitarlo seguiremos en las manos de la soberbia que nos ha llevado a esta ruinosa situación. Esa que nos atenaza orgullosa aún en los agónicos días de nuestra maltrecha economía.
      De esta fatal eventualidad cabe discernir que el dilema que se nos plantea es tener que elegir entre tocar fondo en el mismísimo corazón de la realidad o seguir colgados de la vana altivez de vivir de prestado con ínfulas de rico. Es decir, transitar por este atolladero de calamidades sin haber analizado y corregido en la medida de lo posible las casusas que lo provocaron y sin tener una visión real de nuestras posibilidades.
      La historia nos llama a una tarea de magnitudes épicas a la que solo podremos hacer frente siendo capaces de ponernos de acuerdo en la construcción de un estado moderno y equilibrado tanto en lo administrativo como en lo político. Un estado, en definitiva, capaz de dar respuestas ágiles y responsables a las necesidades reales de la sociedad a que sirve bajo el imperio de la  ley.
      A día de hoy la perversión del sistema es de tal calado que nos vemos en la absurda necesidad de tener que salvar a aquellos que nos hunden, llámense: gobiernos, banqueros o instituciones.  Es, para que se hagan idea cabal de la paradoja, como si la tripulación y el pasaje del Titanic se afanaran durante el naufragio en salvar al iceberg.
José Romero P.Seguín.

lunes, 4 de junio de 2012

NI EXCUSA NI PRETEXTO




El presidente del B. de España, MAFO, dimite después de sostener y no enmendar el envenenado elogio de que gozábamos del sistema financiero más saneado del planeta.  Para de inmediato pedir intervenir en el Congreso a fin de rendir cuentas de su gestión, aprovechando la comparecencia para ir pergeñando, descalificación aquí, crítica allá, la que va a ser su defensa.
El presidente del CGPJ y del T. Supremo, es denunciado ante la Fiscalía por uso abusivo de fondos públicos. Cargar al Consejo gastos supuestamente privados.  Una vez archivada la denuncia decide comparecer para contarnos una milonga de lujos y hoteles que no explican nada.
El presidente de            Bankia, R. Rato, lo cesan después de descubrirse un agujero billonario en la Entidad. Días después envía una carta a los medios de comunicación donde critica las medidas adoptadas por el Gobierno y advierte que con el dinero inyectado hasta él habría solucionado la crisis.
Tres hombres sin excusa pero sí con pretexto ­-curiosamente no invocado­­- el de lo burdo, de la mentira en que hemos vivido. Falsedad que nos habla de la indolencia de un pueblo que ha delegado asuntos esenciales en personas con escasos recursos intelectuales y nulo sentido ético. Individuos alienados por las ansias de poder a los que ha exigido un imposible tras otro, en un acto que solo puede calificarse como malicioso: la malicia de un pueblo. Ocurre que al pueblo no le cabe ni la excusa ni el pretexto.