Leo una y otra vez su programa electoral y no doy crédito:
escueto, a la para que denso, escurridizo sin dejar de ser comprometido,
valiente a la vez que conservador, en fin, un prodigio. Tenía ante Ud. un
enorme reto, justificar la situación de bancarrota que afronta la comunidad, y
de las dos salidas posibles ya había salido por la de echarle la culpa a sus
predecesores. No le quedaba sino la suicida idea de formular un discurso capaz
de hacer comprender a sus conciudadanos la necesidad de apretarse el cinturón,
de realizar profundas y dolorosos reformas del estado de bienestar.
Solo hallo en él una leve falta, no hace Ud. mención a
ninguna línea de acción de gobierno para la próxima legislatura. Le escucho y
vuelvo a sorprenderme, pues claro que sí, “qué pude ofrecerle tratándosele de
estado nuevo”. Cuando sea se verá. Efectivamente, “primero el estado y después
su provisión”. Para que gastarse en advertencias que no han de gustar.
Y esto que dice: “por qué en vez de elegir no decidir”, brillante.
Magistral cuando afirma: “Y en caso de
hacerlo por qué sobre mí, porque no sobre su propio derecho a decidir.”
Sabia que era Ud. diestro en ensartar agravios, pero no
sabía además que fuese un sentimental, ve cansado al rival, ve la necesidad de
buscarse otro enemigo más pujante, más presentable, quizá la troica.
En fin Sir, Artur,
decirle sólo que ni Maquiavelo lo hubiese hecho mejor. Pena me da no ser más
que su alter ego.
Te habrá ocurrido en alguna ocasión, que volvías a casa después de una trastada y te inventabas otra mayor. Que te hubieran secuestrado, por ejemplo. Hubo quien lo hizo.
ResponderEliminarQué falta de todo para echarle la culpa a los demás, para no asumir como hombres lo que han perdido como políticos. Todos, sin excepción, asumo la posible injusticia, toman decisiones pensando en sí mismos o en el partido, más que en el bien común. Soluciones, para después de las elecciones. Y si me va mal, invento secesiones (el ripio es obligado).
Saludos afectuosos.
La invención es sana, la justificación es por el contrario una transgresión intolerable a esa salud. Porque no inventa quien reformula viejas formulas, sino quien imagina lo nuevo.
ResponderEliminarDe todos modos el ejemplo que has puesto lo ilustra a la perfección, como siempre.
Gracias por tu visita y por tus palabras.
Recibe un fraternal abrazo.