Hojeando el BOE en busca de recortes, hallo el exceso, la
inútil fronda legislativa que nos asfixia. En esta ocasión en una Orden de
Presidencia referida a la Guardia Civil. El hallazgo me lleva a reflexionar
sobre lo escaso de su presencia, por lo que me animo a leerla en la esperanza
de poder resolver el enigma. La idea fuerza que transmite, hasta la náusea, es lo
indiscutible de su carácter militar y su vinculación con el ejército.
Uno de sus artículos habla de la obligación de los guardia
civiles “de saludar a la bandera de los
buques de la Armada al embarcar y desembarcar, así como a los patrulleros oceánicos
de la Guardia Civil.”
Más adelante ordena que en la entrada de sus instalaciones,
en lugar visible y junto a su emblema figuren un par de frases míticas.
De ambos mandatos se colige que la redacción obedece a los
dictados de un alegre corazón naval y un frustrado espíritu castrense.
La cuestión es que si Ud. ciudadano acude a un cuartel en
demanda de auxilio encontrará escrito en su frontispicio lo siguiente: “Casa cuartel
de la GC”, “Ministerio del Interior”, “todo por la patria”, “el honor es la
principal divisa”, “llame al 062.”
Que la puerta cerrada y el escueto número no le confundan, ni
Ud. ha retrocedido en el tiempo, ni han desertado ellos de su misión, es solo
que pasean sonámbulos por los viejos malecones portuarios saludando buques
oceánicos.
La estupidez, civil o militar, puede llegar a ser
presidencial.
Están saludándose.
ResponderEliminarUn fraternal abrazo.
Curiosa manera de saludarse. Es un saludo de amor. Un saludo de concupiscencia. ¿Acaso no adivinas su quilla en su popa?
ResponderEliminarTe comenté en otro lugar que ya sólo hace falta que en los cuarteles escriban: "Cuartel de la Guardia Civil y Biblioteca."
Es que nos vacían de contenido. Nos abandonan a nuestra suerte, que por otra parte es la mejor de las suertes, la que cada uno sabe agenciarse. Señor, señor, a veces me huele a post-guerra.
Saludos cordiales.
Lo de biblioteca suena bien, leer es bueno, asimilarlo aun mejor. Siempre claro está que no sea aquella famosa y lapidaría frase que pronunciaba el benemérito mostacho en ristre “te voy a leer la cartilla chaval”.
ResponderEliminarTe huele a fracaso, el profundo fracaso que vamos camino de encarnar en las exquisitas formas de un no quererse enterar de la suerte del otro.
Magnífico comentario amigo.
Recibe un fraternal abrazo.