jueves, 10 de diciembre de 2009

EL ARCANO AMINAUT HAIDAR


Malas palabras le bailan el agua a Aminaut Haidar. Por un lado, traidoras palabras, las de aquellos que buscan y encuentran en la autenticidad de su aliento la órbita perfecta para mostrase hermosos y plenos en su concienzuda solidaridad. Por otro, palabras galerna, las de aquellos que tratan de denigrarla en la medida en que su determinación pone en solfa la orquesta de su alfarería ideológica y de partido. Interesadas palabras que unos y otros cargan sin asco sobre la incólume fragilidad de su férrea voluntad.

Gacela en la estela del león, Aminaut Haida se muestra rotundamente digna en la sola serenidad de su rostro, en el grave dialogar de su harmónico silencio. Ella es más verdad que nada de cuanto nos rodea, y en esa percepción nos asusta, tanto que nos enfurecemos a favor o en contra de su causa, de su decisión, de su grito; tanto, digo, que nos atrevemos a interpretarla, a juzgarla, a condenarla y absolverla, a ese desafecto estamos acostumbrados en esta enfermiza depredación en que nos hemos adiestrado.

Aminaut Haida no es esa sombra que se proyecta a nuestro antojo sobre un fondo siempre acolchado, siempre atento al aplauso, al reconocimiento, a la barata polémica del fanatismo como medio de vida, a la vida como fantasía de grandes almacenes. Ella no habita un decorado, ni se decora para parecer alguien, ella es mero testimonio de dolor, de injusticia, de terror, unos y otros ya dramáticamente interiorizados. Ella es, en definitiva, la huella de lo que jamás debiéramos anteponer a nuestros intereses como hombres ni como pueblos.

No es tampoco activista de nada sino testimonio de ese criminal todo que ignoramos con las mejores palabras. Nada tienen que ver sus exigencias con naciones ni patrias, ella vive y siente que vive su pueblo en un mundo de profunda e insoportable injusticia, esa es la nacionalidad de la que reniega.

Aminaut desea para ella, sus hijos y pueblo la ciudadanía de un lugar donde se les permita ser humanamente posibles. Nosotros inhumanos en la excesiva posibilidad queremos equipararla a nuestros estúpidas ensoñaciones patrias, a nuestros heroicos actos de supremo egoísmo, a esa nuestra falaz y siniestra marea de palabras y actos con los que deseamos forjarnos auténticos. Pero por mucho que lo intentemos no podemos ser ella ni tampoco entenderla, porque nosotros si somos activistas de todo y testimonio de nada.

Ella, decimos, es todo un ejemplo, mentimos, es un arcano, y lo sabemos, pero nos da lo mismo, al fin y al cabo su utilidad es otra.

José Alfonso Romero P.Seguín.

11 comentarios:

  1. Estimado Jose

    Aminatu Haidar, es una activista que ha estado en numerosas ocasiones en la cárcel y ha sufrido torturas físicas y psicológicas por el hecho de defender los Derechos Humanos de los habitantes del Sáhara, los cuales el gobierno marroquí pisotea cada día. A partir de su salida de Marruecos para recoger un premio en New York se ha generado que ella se erija en abanderada de la causa saharaui y que pase a un primer plano mediático. Ambos gobiernos, han actuado mal. Por mucho que el gobierno español afirme que se la ha acogido en España por motivos humanitarios (cosa que honraría al gobierno español, pero que no es cierta). Se ha incumplido la ley de Extranjería por parte de España al permitir su entrada sin pasaporte, cosa que es absolutamente necesaria(ella solo tiene permiso de residencia, cosa que no le permitiría su entrada en España, es más yo he luchado para salvar la vida de un familiar en Marruecos agotando todos los recursos legales en un caso de vida o muerte para que recibiera asistencia médica en España y no es tan fácil el proceso, de hecho esta familiar murió en Marruecos). Por otro lado, se ha pisoteado un derecho civil y político del Pacto Internacional por parte de Marruecos. Nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país ( ni aunque se arroje el pasaporte marroquí con desprecio, tal como lo hizo Aminatu). Hasta el día de hoy, aún siendo ella saharahui, cosa que hizo constar, su nacionalidad es marroquí. Es como si un vasco al entrar en España escribe en su documentacion en in paso fronterizo nacionalidad vasca. Hay muchas formas de ser activista.
    Aminatu ha conseguido que se hable de nuevo del Sáhara, de la situación insostenible que viene sufriendo a lo largo de los años este pueblo y ella conoce el precio que ha de pagar por defender su causa: su vida.
    La explotación de los recursos que ofrece el Sáhara por parte de España en su tiempo y ahora por Marruecos (fosfatos, bolsas de gas y petróleo, pesca, etc)se antepondrá a una vida humana por mucho que los organismos internacionales intenten presionar al gobierno de Marruecos. Ojalá se pueda hacer algo para que no ocurra lo que es previsible que ocurra.

    Un saludo

    Lucía R.

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  2. D. José Alfonso, me alegra saludarle y verle a usted de nuevo por mi casa. Nos hace falta poesía y usted la destila en prosa.

    Por su comentario veo que es usted partidario. Vamos, que le gusta la Sra. Haidar.

    Yo no lo considero tan pura, tan poco contaminada. Más bien creo que forma parte de un frío engranaje que se ha movido con exactitud matemática. Eso sí, reconozco su valor y su entrega.

    ¿Piensa usted que podría haberse declarado en huelga de hambre en EEUU al recoger el premio? Hubiera tenido mayor impacto mediático. Pero, menor conflicto entre los países implicados.

    Un abrazo, amigo y bienvenido siempre.

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  3. La frase más bonita del mes, amigo D. José Alfonso, la dejó usted en mi blog: "No tiene culpa el ave de la urgencia del halcón". Me ha encantado.

    Ya ve usted que mi postura respecto a la Sra. haidar es más bien crítica.

    Un abrazo, amigo mío.

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  4. D. José Alfonso, querido, le deseo a usted y a sus visitantes, familia y amigos:

    Feliz Navidad y mucha salud, trabajo y sexo, para el Nuevo 20010

    Y que la realidad nos nos joda los abrazos pendientes.

    El Gordo de la Lotería, Navidad con lucecitas y su puto buen rollito

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  5. Gracias a usted, D. José Alfonso, espero que siga compartiendo su rate con nosotros cuando le apetezac dejar aquí uno de sus maravillosos regueros de palabras.

    Sea usted siempre bienvenido, amigo mío y que el 2010 le tenga preparadas sorpresas maravillosas.

    Con todo mi afecto, amigo mío.

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  6. Son tajantes. Tras analizar a 1.800 mujeres británicas científicos del King's College de Londres están convencidos que la idea del punto-G es totalmente subjetiva.

    Punto G o El Dorado, la misteriosa leyenda del tesoro inencontrable

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  7. Querido tocayo de apellido:
    Espero y deseo que los sueños arcanos de Aminatu Haidar puedan, para ella y su pueblo, convertirse un día en realidad.
    Lo que no cabe duda es que se trata de una mujer con una enorme fuerza, valiente e idealista, que lucha por lo que cree y ya por todo ellos merece mi enorme respeto.
    Mi agradecimiento por tu visita y comentario en mi blog unido a mis deseos de un feliz año para ti y toda tu familia.
    Un abrazo.

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  8. Sigo su sabio consejo y no cejaré en ambas búsquedas, D. José Alfonso, ni en la del Punto G ni en la de El Dorado.

    Aunque esta última me parece la más fácil; es el aeropuerto de mi Bogotá querida y hay que estar ciego, o manco, para no encontrarlo.

    Un abrazo, amigo mío.

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  9. Me divierte que le sorprendan mis facetas de hombre de campo, D. José Alfonso.

    Es lo que da Granada y la Sierra de Cádiz, amigo. Le abrazo fuerte, como siempre.

    Con su permiso, me he convertido en seguidor suyo.

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  10. Le agradezco su cumplido. Me lo enseñó mi maestro, para la buena doma, sólo hace falta sensiblidad, D. Alfonso.

    ¿Quirón? ¿Lo dice por la clínica de Barcelona o por el centauro bueno maestro de Aquíles?

    Mi abrazo, amigo.

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  11. D. José Alfonso, usted lo ha expresado perfecto: "Gabilondo no creyó en ZP sino en la oportunidad de volver a ser el adolescente efervescente e indolente que siempre imaginó".

    Tiene razón, se sorprendería al ver que en las asambleas de El País, los becarios eran mil veces más radicalmente sectarios que los viejos periodistas entre los que me encontraba.

    Un abrazo, amigo mío.

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