lunes, 10 de diciembre de 2012

“EL SEÑOR DE CABO”




      Junto al ex de la Patronal Díaz Ferrán fue detenido un individuo peculiar, más incluso que él, hombre capaz de concebir moral desde la amoralidad. Me refiero a Ángel de Cabo, de oficio liquidador, es decir, un “desemprendedor” de reconocida solvencia, como lo acredita la toma del control de empresas en ruina como Teconsa, Marsans o Nueva Rumasa.
      El proceder del Ángel liquidador y más aún la fe que ponen en él los necesitados de sus servicios, recuerda al Sr. Lobo de la película  “Pulp Fiction” de Tarantino. Un eficaz personaje dedicado a solucionar problemas extra legales.
      La ficción supera la realidad porque nace de ella y más en este ámbito donde nada es lo que parece ni aun cuando desaparece ante la cara de los atribulados acreedores.
Imaginemos que a un “honrado” empresario se le dispara la ambición y le levanta la tapa de los sesos a la empresa o conglomerado de ellas que dirige con el consiguiente enmerdarmiento de los restos. Llama al Sr.          Lobo que toma de inmediato  el control, poniendo a buen recaudo cuanto de valor reste de la quiebra y borrando el rastro de la menor irregularidad contable, torpeza legal o insolvencia profesional que pudiera existir y serle exigida. 
      Acabado el trabajo, el atribulado empresario le comenta entre el asombro y la emoción: “No puedo creer que esta sea mi piltrafa” y responde él, todo sensatez: “Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía”. Cierto, no debieron hacerlo.


lunes, 3 de diciembre de 2012

LA JUSTICIA DEL TAXIDERMISTA



   
       “Pleitos tengas aunque los ganes”, la malicia del dicho advierte sobre la ruinosa naturaleza del acto aun cuando nos es favorable. No obstante gustamos cumplir la maldición, tal vez sea el sino, quizás escasez de discernimiento.
      La justicia, llegada la democracia se tornó perezosa, lenta dicen, la lentitud es justa, exaspera  a todos por igual, lo que no se puede decir de ella que lo hace solo con quienes le urge.
      La culpa, repartida. Esos Ciudadanos más  interesados en obtener venganza que justicia. Los abogados por no denunciarla, el letargo les permitía mover más volumen de pleitos. Los jueces por maquillar la forma violando el fondo. La administración por ser, en la indolencia de su proceder, causa de innumerables litigios.           Los políticos por la ocurrencia legislativa y la indolente injerencia. Y los sectores intelectuales progresistas y conservadores, hombres todos de orden y etiqueta, por desentenderse de ella como servicio y utilizarla como piedra de escándalo de sus exquisitas conciencias y ariete en favor de sus popes.
       Y como colofón, las tasas, capaces de arruinar al litigante antes de que se inicie el proceso: todo un avance.
        Pudo ser más imaginativo el ministro y crear tribunales de bajo coste. O hacer uso de las nuevas tecnologías, twitter, por ejemplo, sentencias de ciento cuarenta caracteres notificadas en facebook. En una palabra, agilizarla no momificarla, y menos por la torpe vía del derecho de admisión.

lunes, 26 de noviembre de 2012

DIOSES DE PAGO


      La Iglesia se adentra de la mano del Papa en la senda de la desproletarización de Jesús, en beneficio de una concepción, permítaseme el termino, más “pija”. El primer paso es escamotear del establo donde nació, la mula, el buey  y los pastores, en atención, supongo, a su falta de salubridad y decoro. Manteniendo, eso sí, intacta la condición de virgen de la madre y putativo del padre. Embarcado el  rentista del dogma en tal cerrazón intelectual, debió cuestionar esto último, porque es menos creíble que el hecho de que un humilde carpintero y su mujer hubiesen sido padres naturales de un dios que buscaba ser hombre y como tal engendrado y parido.
      Pero claro, la cuestión no era entrar en tal disquisición científica sino en la inquisición teológica e ir suprimiendo de la biografía del Mesías aquellos aspectos de su nacimiento que junto con sus palabras y actos le han llevado a ser tildado de comunista.
      Intuyo que la curia busca reconvertir al visionario “pupas” en un instruido triunfador. Porque lo que ahora seduce es el hombre de éxito, ese que camina con su supernova de la fortuna estampada en la frente y hace caja en el “Belén” de la ocasión económica. Olvidando que fue la empatía del paria y no la antipatía de Yavé la que le dio acceso a los movimientos progresistas que han iluminado a la humanidad.
      Jesús dio de la mano de Pablo un impulso universal al cristianismo, Benedicto XVI va camino de privatizarlo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

BAILE DE PINOCHOS




      El gobierno advierte tímido de la quiebra, la oposición y los sindicatos la niegan. La dudosa piedad de esa mentira nos aleja de la cruel verdad que denuncian los hechos, exigiéndonos responsables.

      El PSOE fue acusado de propasarse con los recortes, sin embargo, traza  rayas rojas al gobierno en esta materia. Alertando, a su vez, de que tal política nos conduce a la ruina. La misma que ellos anunciaron y para la que dispusieron el mismo remedio.

      Los sindicatos van por la segunda huelga general buscando imponer sus rayas, y exigiendo un referéndum para decidir sobre ella, como si fuese una opción.

      Ante tan dispar visión cabe preguntarse,  ¿quién miente? Si el gobierno tiene dinero habría que concluir que estaría aprovechando la situación para recortar derechos laborales y sociales. Algo a todas luces intolerable. Pero si de verdad no lo hay, qué grado de indolencia anima a quienes lo niegan.

      La mentira es moneda de curso legal en la política, pero esta es intolerable porque la bancarrota no la corrige el dispendio, ni tampoco el dejar de pagar las deudas y más cuando se vive del préstamo.

      Somos  un pueblo adicto a la piedad de la mentira y a la mentira como la más tolerable de las verdades. Pero donde no hay no se puede sacar, certeza que no admite adicciones. Dejémonos pues de trazar líneas rojas y pongamos en práctica políticas que nos permitan delinear un Estado con autonomía y capacidad para satisfacer nuestras necesidades.


lunes, 12 de noviembre de 2012

“CÓDIGO PENAL MALO”

       Criminalizar antes de ejecutar, en esa perversión nos movemos. En el caso de los desahucios también. Comenzamos tildando de basura y activo tóxico las hipotecas dadas a los “peligrosos” “NINJA”, clientes sin ingresos, trabajo o propiedades. Y como tal se les trata sin reparar que no son dudosos contratos hipotecarios, sino personas, en su mayoría, apartadas de ese patrón de exclusión social. 
      La respuesta a este atropello debió partir de la iniciativa gubernamental y no de la indignación ciudadana, pues no fallaron ellos sino las instituciones, y los bancos lo son. De ese modo se habrían anticipado medidas correctoras al brutal desajuste que supuso la sobrevaloración de los inmuebles y las escasas, por  no decir nulas, posibilidades de los hipotecados de hacer frente a sus compromisos una vez consumada la estafa piramidal que fue el “boom” inmobiliario. 
      Gobiernos y  bancos conocían el cataclismo y sus perversos efectos, reconocerlo y buscar corregirlos les denunciaría responsables, pero habría evitado su descrédito y el sufrimiento de los desahuciados. Porque cómo entender que se socorra a quien falló fallando contra quien no ha hecho sino sufrirlos.
      La injusticia de los desahucios se ejecuta dentro de la legalidad, la Ley Hipotecaría y la fe pública los avalan. Legalidad, esta sí: basura, digna merecedora de un “Código penal malo” que junto con su homólogo bancario fuese la vergüenza de todos, pues todos lo consentimos.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA FORJA DE UN SUMISO


      Comprar puntualmente a un hombre no esconde misterio, todos tenemos un precio, sin embargo, alienarlo y alinearlo con nuestra causa requiere un proceso más complejo.  Llama por ello la atención la fabulosa legión de hombres dispuestos a bailarle el agua a los dirigentes de las tendencias políticas en auge. Al objeto de alcanzar a entenderlo tomamos como ejemplo, podía ser cualquier otro, una/o periodista joven, que alcanza, por su valía, el éxito y de su mano a crear opinión.
Esta persona tiene, como es lógico, un sesgo ideológico o modelo social que le aproxima a una de las tendencias en liza, sin que ello le impida mostrarse imparcial y crítico con aquello que le dicta la más elemental razón.
      El grado independencia que muestra le convierte en sospechoso para todos y ahí se inicia la cacería, el más dolido aprovechando ser gobierno o con ocasión de llegar a él, provoca que pierda su puesto de trabajo. El bajón moral es aprovechado de inmediato por el adversario del verdugo que acude en su auxilio, en aras de reparar la injusticia, fichándolo para su grupo. Él accede y se incorpora en la convicción de encontrarse por fin en su sitio sin reparar que está en el  dispuesto para él. A partir de ahora ya no es él sino una parte de ese todo que lo ha sumado a una causa común, la del partido que apoyan. Su misión, por tanto, la de dotar de discurso la tropelía discursiva o ejecutiva de sus protegidos.

domingo, 28 de octubre de 2012

AZAROSA CARIDAD




      Es de “bien nacidos ser agradecidos”, deseo serlo y en ser estimo la generosa donación hecha por D. Amancio Ortega a Cáritas.
Cumplido con el dicho, afirmo que no debiéramos olvidar que la caridad no es sino el cardenal del látigo de la explotación, la cicatriz de la herida de la desigualdad, el insulto amable de la injusticia social. No debiera ser pues un estado sino un tránsito a liquidar. Y quien mejor para ello que D. Amancio y esos otros hombres y prohombres que han hecho fortuna. Sin embargo, observo que se dan al cultivo de tan frágil filantropía, olvidando que no fue la caridad sino la oportunidad la que les brindo la posibilidad de gobernar imperios y hombres. Y que en esa medida tal vez debieran devolverles a estos esa misma oportunidad creando puestos de trabajo en condiciones laborales dignas. Empleos que les permitan llevar a sus casas y a sus bocas un pan ganado con su sudor y no la indigna limosna de la beneficencia.
      Duele sentirse criticado en tan magno gesto pero es que no casa con que se lleven sus firmas a países subdesarrollados. Podía recordarles que “la caridad empieza por uno mismo”, pero no es el caso, el mismo derecho que nosotros tienen esas personas a tal distinción, además, no lo hacen sino a fin de recortar derechos que alumbraron a los hombres, también a Uds., de la caridad a la dignidad.
      Redistribuyan no regalen, sean solidarios no caritativos: ganaremos todos, también sus generosidades.

miércoles, 24 de octubre de 2012

“NEGOCIONALISMO”




      El nacionalismo se nutre de dos grupos, uno minoritario, el de los sentimentales: seres atávicos, amantes de la autarquía y el inmovilismo, temerosos de lo foráneo y  deseosos de distinguirse aun a costa del paisaje. Y otro mayoritario, compuesto por esos que han hecho de ese sentimiento razón de privilegios, prebendas y derechos sin base de justicia o razón de corresponsabilidad.
      El primero se nutre como cualquier otra neurosis de las tensiones emocionales del individuo. El segundo obedece a un plan perfectamente diseñado y desplegado por un conglomerado político-empresarial centrado en saquear al Estado a fin de satisfacer, a coste cero, la voracidad de sus acólitos.
      Lo voluble y egoísta de su naturaleza, tornan, a la menor frustración, ese sentimiento en resentimiento, perverso talante cuyos instigadores no son esa pléyade de agraviados que a día de hoy encabeza A. Mas, sino los sucesivos gobiernos del PP y el PSOE. Ellos son quienes los han dotado de sentido y nutrido de razón cediendo a sus chantajes  en aras de una gobernabilidad que no era sino deseo de mantenerse en el poder aun a costa de la más elemental solidaridad y la esencial convivencia.
      Ambos han halagado sin atisbo de asco a estos “sacamantecas”: “el sen catalán”, “hombres de estado”... Y ahora, ante el órdago independista, uno le silba el Código Penal con letra de ”Els Segadors” y el otro saca la vieja idea del federalismo asimétrico: por si acaso, ¡claro!
José Romero P. Seguín.

lunes, 15 de octubre de 2012

“CARIDAD DEMOCRÁTICA”




      Voy a ir a votar en favor de esos hombres y mujeres que sacrificaron su juventud a la vieja causa de las nuevas generaciones. Que leyeron sin excesivo aprovechamiento vastos tratados de ciencia política y filosofía ideológica. Que memorizaron los aburridos discursos de sus líderes. Que batieron el cobre tras las fotocopiadoras y las anodinas rutas del “recadeo”. Que se han cansado de pegar carteles de caras baratas con colas caras. Que han mitineado hasta la náusea. Que han estado en conciliábulos mayores y menores. Que han acudido a la sede del partido a celebrar en las horas dulces y animar en las amargas. Que han organizado cenas de perrunas adhesiones y también de hipócritas despedidas. Que han besado culos y reído gracias sin asomo de ingenio. Que han puesto carne y alma en diseñar las más falaces estrategias a la hora de copar poder. Que un día renunciaron a ser ellos para ser una sigla. Que no distinguen ya entre el partido y el estado, entre el estado y la sede. Que sienten la cabeza aturdida de medias verdades, ambigüedades y demás instrumental demagógico adquirido. Que en casa se les exige el fuero y también el huevo y en la calle honradez. A esos, digo, hombres y mujeres que nos personifican en la peor de las batallas, la de conquistar el poder y mantenerlo.
      Decimos de ellos, funcionarios de la utopía, que ya no nos representan, tal vez, pero lo que por desgracia no podemos afirmar es que no se nos parecen.
      José Romero P. Seguín.    

martes, 9 de octubre de 2012

SIR ARTUR DE "CAMELO"




      Leo una y otra vez su programa electoral y no doy crédito: escueto, a la para que denso, escurridizo sin dejar de ser comprometido, valiente a la vez que conservador, en fin, un prodigio. Tenía ante Ud. un enorme reto, justificar la situación de bancarrota que afronta la comunidad, y de las dos salidas posibles ya había salido por la de echarle la culpa a sus predecesores. No le quedaba sino la suicida idea de formular un discurso capaz de hacer comprender a sus conciudadanos la necesidad de apretarse el cinturón, de realizar profundas y dolorosos reformas del estado de bienestar.
      Solo hallo en él una leve falta, no hace Ud. mención a ninguna línea de acción de gobierno para la próxima legislatura. Le escucho y vuelvo a sorprenderme, pues claro que sí, “qué pude ofrecerle tratándosele de estado nuevo”. Cuando sea se verá. Efectivamente, “primero el estado y después su provisión”. Para que gastarse en advertencias que no han de gustar.
      Y esto que dice: “por qué en vez de elegir no decidir”, brillante. Magistral  cuando afirma: “Y en caso de hacerlo por qué sobre mí, porque no sobre su propio derecho a decidir.”
Sabia que era Ud. diestro en ensartar agravios, pero no sabía además que fuese un sentimental, ve cansado al rival, ve la necesidad de buscarse otro enemigo más pujante, más presentable, quizá la troica.
       En fin Sir, Artur, decirle sólo que ni Maquiavelo lo hubiese hecho mejor. Pena me da no ser más que su alter ego.

lunes, 1 de octubre de 2012

“TROPA Y MARINERÍA”




     Hojeando el BOE en busca de recortes, hallo el exceso, la inútil fronda legislativa que nos asfixia. En esta ocasión en una Orden de Presidencia referida a la Guardia Civil. El hallazgo me lleva a reflexionar sobre lo escaso de su presencia, por lo que me animo a leerla en la esperanza de poder resolver el enigma. La idea fuerza que transmite, hasta la náusea, es lo indiscutible de su carácter militar y su vinculación con el ejército.
     Uno de sus artículos habla de la obligación de los guardia civiles “de saludar a la bandera de los buques de la Armada al embarcar y desembarcar, así como a los patrulleros oceánicos de la Guardia Civil.
     Más adelante ordena que en la entrada de sus instalaciones, en lugar visible y junto a su emblema figuren un par de frases míticas.
     De ambos mandatos se colige que la redacción obedece a los dictados de un alegre corazón naval y un frustrado espíritu castrense.
     La cuestión es que si Ud. ciudadano acude a un cuartel en demanda de auxilio encontrará escrito en su frontispicio lo siguiente: “Casa cuartel de la GC”, “Ministerio del Interior”, “todo por la patria”, “el honor es la principal divisa”, “llame al 062.”
     Que la puerta cerrada y el escueto número no le confundan, ni Ud. ha retrocedido en el tiempo, ni han desertado ellos de su misión, es solo que pasean sonámbulos por los viejos malecones portuarios saludando buques oceánicos.
La estupidez, civil o militar, puede llegar a ser presidencial.

martes, 25 de septiembre de 2012

LA SIESTA DEL DRAGÓN



     Se tuvo D. Santiago que morir de un sueño: soñando. Ni aún en esas lides lo imaginó, y es que no nació para esa mansa muerte y si lo hizo es porque el destino, esta visto, no lo escribimos los hombres sino los dioses. Los suyos de: revolución, ideolología, camaradería, barricada, idea, raza y rabia. Dioses sociales cuando tocaba y asociales cuando se necesitaba. Dioses mortales en su condición de hombres.  Dioses obreros. Dioses asalariados. Dioses ateos. Dioses de pies de barro y cabeza de acero. Dioses útiles como herramientas. Dioses de hombres para los hombres. Sus dioses D. Santiago, los que sin duda escribieron su suerte al margen de su arrojo, ese que le hacía merecedor de otra muerte.
     Nació Ud. para morir de pie, luchando, disponiendo, convenciendo, imponiendo. Nació Ud. en un tiempo convulso, necesitado de esa suerte de coraje. Un tiempo que no se puede juzgar, que no es legítimo hacerlo, a luz de este nuestro mansurrón tiempo de consumismo y estado de bienestar. Fue el suyo de arrojo y rebeldía, el que demandaba la necesidad, la que ordenaba la injusticia, y a él se entregó sin reservas y de esa entrega halla Ud. mi humilde consideración.
     Se le despide hoy como padre de la transición, ese servicio póstumo en que se apeó de la rebeldía para ser la peluca de un muñeco que es la viva estampa de todos los vicios patrios. Qué pena que le cogiera ya en horas de siesta esa fiesta de consensos de casino y maneras de tahúr.



jueves, 20 de septiembre de 2012

INDEPENDIENTEMENTE



      La independencia es por sí un valor supremo, tanto en lo individual como en lo colectivo, no en vano proyecta al sujeto y al grupo a un plano de autosuficiencia a todas luces encomiable. Es más, es por los esforzados vericuetos de su ser por donde hombres y pueblos acceden a esa necesaria madurez que nos distingue con el don de la responsabilidad aceptada y cumplida.
      Siendo esa su naturaleza cabe preguntarse por qué en la boca de los independentistas suena ofensiva y egoísta. Juzgo que es porque se exige sobre la premisa de una dudosa superioridad ética y cultural. Y bajo la injusta y constante acusación de agravio y expolio. Porque se reclama afirmándose en la negación del otro. Porque es excluyente, y es que son muchos las personas que entienden que cuando afirman no querer ser españoles no quieren decir que reniegan de una nación en común sino que no quieren ser como ellos, que abominan de ellos porque no los sienten ni ejemplares ni dignos de compartir ningún aspecto de  la convivencia. Se hace así mismo infame porque se realiza sobre la base de un derecho de propiedad ilegítimo, el que nace de la contingencia de haber nacido en un determinado territorio. Derecho que creen les otorga el privilegio de poder decir quién y en qué condiciones puede transitar y permanecer en él y quién no.
      Mi mirada puede resultar injusta, tanto quizás como que se nos haga sentir como parásitos que hemos vivido y vivimos a sus expensas.
José Romero P. Seguín. 

jueves, 26 de julio de 2012

“LOS FELICES ZP”





En estas vísperas de nada como no recordar aquello días de todo en los que fuimos, al calor de la almoneda en que se convirtió lo público y lo privado: pacifista, antifranquistas, feministas, marxistas, laicistas y nacionalistas a la par que universales.
Las ministras se retrataban vestidas de marca en Vogue y de “African” en Maputo. Los ministros discurseaban  a modo de Dylan. El presidente ataviado de inmaculado azafrán quemaba barritas de incienso en el nombre de la paz.
Desbordadas las arcas y enloquecida la banca, no había ocurrencia que se antojara imposible ni mes sin su  navidad. Se decoró a golpe de talonario y Barceló la cúpula de la sala de los Derechos Humanos de la ONU.  Pagamos, sin ir a escote, la quimera de la fraternal Alianza de Civilizaciones. Gano Ala la batalla a Yavé por aquello, se decía, de ser asunto cultural y no papal. Se le prometió a ETA más de lo que ésta en su vesania soñara. Se habló sin tabú de nación de naciones. Se reescribieron los estatutos de autonomía a modo de desagravio y a mayor gloría del privilegio. Se cambio la didáctica Prisa por la histriónica Mediapro: todo era risa. Se hablaba de ética política en la Noria y de sociología en Sálvame.
Alcanzamos la modernidad con modales de nuevos ricos. Fuimos torpe y atropelladamente lo que había sido Europa. Indianos de andar por casa, hicimos fortuna en el solar de enfrente y lo gastamos, ¡que coño!, alegremente. ¡Felices, felicísimos ZP!

martes, 17 de julio de 2012

CARÁCTER Y SANTIDAD





A inicio de año un joven de Verín con antecedentes penales y penosa economía roba del interior de la iglesia de Stª María de Soutochao, ayuntamiento de Vilardevós, una humilde talla de San Pedro. Copia de otra de madera sustraída con anterioridad. El párroco denuncia el robo ante la Guardia Civil y el santo pone el asunto en manos de Moisés, a juzgar por la concatenación de infortunios sufridos por el ladrón. Resultado, a los pocos meses esta persona abandona la imagen y se entrega tras haber perdido en dos meses: el vehículo en un accidente, a la novia en una desavenencia, el trabajo y dos tendones en un incidente.
En Santiago de Compostela, otro santo, catedralicio este,  y patrón de las Españas, Santiago “mata moros”, para más señas, consiente sin gesto de justicia ni atisbo de venganza que el “chispas” de la Catedral no conforme con, supuestamente, expoliar cepillos y otros objetos por valor de cientos de miles de euros, se lleve tan impune como cierto el Códice Calixtino, so pretexto de hacer sufrir al Deán por negarle la cuantiosa indemnización que exigía
Las comparaciones son odiosas, lo sé, también lo tornadizo del ánimo de los santos, se ve que el de Soutochao no estaba de humor, pero no me negaran que entre un hecho y el otro media un abismo, que no hay proporcionalidad, que uno en su idiocia se llevó un imagen de escayola y el otro en su avaricia iba camino de recrear la Catedral en su pisito de Milladoiro.


miércoles, 11 de julio de 2012

CIENCIA Y TEOLOGÍA




Parte de la comunidad científica trabaja a fin de colmar las necesidades existenciales del hombre, es, por tanto, netamente demostrativa y laica.
Existe otra veladamente especulativa que abjura de dioses y religiones para ir fundando a través de la crítica empírica de la narrativa sagrada otro culto, otra fe. En el estúpida creencia, cuando mejor, de que refutando los hechos en ella narrados y tomados como ciertos por el dogma se puede llegar a liberar al hombre de la acuciante necesidad de dios.
La angustia de dios nace en el hombre de la mano de su incertidumbre frente al destino y su fragilidad existencial. Debe pues ese corpus científico buscar curar esa herida allí donde nace, en la mente del hombre y no en el cosmos.
Contradecir en este ámbito a dios es afirmarlo, porque el constatar la asombrosa complejidad de lo creador no implica, sino en boca de miserables, desdoro hacia el creador, caso de existir, sino todo lo contrario.
La idea de dios se combate en el hombre a través de la ilustración de su mente sanándola del miedo que lo ata a la necesidad de imaginarlo.
Indagar pues en los orígenes del universo es hermoso pero quizás baste para ello acelerar ideas y no partículas, filosofar, en una palabra, porque al final el origen quizá sea solo la trascendental pregunta que se formula un ser incapaz de comprender lo eterno y de abarcar lo infinito.
Y en último caso, conocer el origen ni contradice ni afirma el fin.

lunes, 2 de julio de 2012


FÚTBOL ES FÚTBOL”
      Sentenció un mago del balón en el afán de expresar lo incierto de este deporte que tanto se asemeja a la vida. Al igual que ella se forja exacto en la cabeza y ejecuta inexacto en los pies.
El hombre halla en sus quehaceres cotidianos buen oficio y consejo en las manos. Alcanzando a recrear con tal exactitud aquello que vislumbra que a menudo se le incendia de belleza.
     De las manos se espera mucho, de los pies solo la bondad del paso, la caridad de sostenernos. Nada desde luego capaz de sublimarnos. Y de pronto nos topamos con el balón y a golpe de pie lo tocamos, conducimos y dirigimos, antojándosenos mágica tal habilidad. Qué decir sin nombrar el delirio cuando la balompédica sonata la ejecuta un virtuoso.
      Y si los pies son capaces por qué no toda nuestra anatomía, y en ese envite no hay víscera que no se exprese natural y gozosa. Partiendo de ahí el espectáculo está asegurado, cabe todo: comer, beber, gritar, insultar, emocionarse, expresarse, en fin, sin otro cuidado que el de no tenerlo. En esa liberalidad de darte todo sin exigirte a cambio nada se basa el éxito del fútbol. No seamos pues exigentes con él, a la postre sólo es lo que es y eso lo saben hasta los pies.
     Economía por el contrario, es incertidumbre, lo sé, pero no me negarán que viendo lo mal que nos va en esa cerebral batalla y lo bien en la lid deportiva no apetece acordarse de la madre del árbitro y gritar: “Con los pies Mariano, con los pies.”
José Romero P. Seguín.  

lunes, 25 de junio de 2012

MARCHA MINERA



      “Andaban, y al andar cantaban. Eterna memoria…”. Con esta frase inicia B. Pasternak la épica humana e intelectual del “Doctor Zhivago”. Hermosa clave en la que caminan hoy los mineros asturianos, leoneses y aragoneses, entonando alto el limpio himno de su dignidad en favor del pan que se deben y deben a sus familias, ese blanco pan que vienen batallando en el negro sudor de la mina.
      Falta de rentabilidad del carbón, esa es la sentencia que los condena a la amarga realidad de ser y sentirse inútiles y gravoso para nuestro maltrecho ser económico. Y ellos, veta mineral de carne y brava ternura se rebelan reivindicándose imprescindibles en su condición de hombres y trabajadores.
      Hay seres que parecen condenados a nacer y morir en la grave falta de no merecer cuidado, así es con ellos, porque si despiadada fue la exigencia que los llevó a descender a las entrañas de la tierra en busca del negro motor de nuestra civilizada prosperidad, no lo es menos la injusta acusación que hoy recae sobre ellos.
      El estado puede exigirles cordura en la protesta, resignación en la adversidad, desistimiento, en suma, de la defensa de una actividad fenecida. Por el contrario, un pueblo no puede hacerlo, por la sencilla razón de que son carne de su carne. Por eso, mientras ellos caminen ese pueblo ha de ser “los pies, los caballos y ese soplo de viento, que no sólo lo parece, sino, que continúa su canto en las pausas”, tal como advirtió el poeta.


martes, 19 de junio de 2012

EL SER Y LA SIGLA



      Siguiendo en los distintos medios de comunicación el esperpento diario de la tropa política no cabe sino preguntarse irónico, ¿dónde ocurrieron éstos? En fin, que no parecen de este mundo, tampoco del otro, porque vivos sin que son. De otro planeta, aventuramos, pero para qué engañarnos, su constitución anatómica amén de sus nombres y apellidos los ubican en el género y en lo geográfico, de qué sino se iban a apellidar Pérez los Rubalcaba y llamarse Mariano los Rajoy. Son de aquí, de las calles de nuestros ocurrentes pueblos y ciudades, es más, se hallan inscritos en los libros de ocurrencias civiles. Son hijos de padres y madres como las nuestras, sólo que más mentadas por mor del mal talante que nos gastamos.
       Para esclarecer el misterio de porque se nos antojan tan distintos y distantes tomemos prestado un sacerdote, entra el aspirante en el seminario siendo, pongamos, de Ourense y sale universal, y no por su domino del latín, sino porque la iglesia ha obrado el milagro de vaciarlo para colocar dentro un cura, de ahí que parezcan cortados todos por el mismo patrón. Pues igual al político, entra en la organización entero y sale partido, no digo roto, sino pura sigla: PP, PSOE, CIU, PNV. De hecho las votamos en la difuminada piel de un puñado de hombres y mujeres cuya noción de servicio ha sido pervertida por una rutina que ellos pomposamente tildan de coherencia y un ideario de conveniencias que nombran ideología.
José Romero P. Seguín.

miércoles, 13 de junio de 2012

LA PARADOJA DEL ICEBERG



      Si nos intervienen como Estado nos morderá la negra boca de la ruina, si por el contrario el gobierno consigue evitarlo seguiremos en las manos de la soberbia que nos ha llevado a esta ruinosa situación. Esa que nos atenaza orgullosa aún en los agónicos días de nuestra maltrecha economía.
      De esta fatal eventualidad cabe discernir que el dilema que se nos plantea es tener que elegir entre tocar fondo en el mismísimo corazón de la realidad o seguir colgados de la vana altivez de vivir de prestado con ínfulas de rico. Es decir, transitar por este atolladero de calamidades sin haber analizado y corregido en la medida de lo posible las casusas que lo provocaron y sin tener una visión real de nuestras posibilidades.
      La historia nos llama a una tarea de magnitudes épicas a la que solo podremos hacer frente siendo capaces de ponernos de acuerdo en la construcción de un estado moderno y equilibrado tanto en lo administrativo como en lo político. Un estado, en definitiva, capaz de dar respuestas ágiles y responsables a las necesidades reales de la sociedad a que sirve bajo el imperio de la  ley.
      A día de hoy la perversión del sistema es de tal calado que nos vemos en la absurda necesidad de tener que salvar a aquellos que nos hunden, llámense: gobiernos, banqueros o instituciones.  Es, para que se hagan idea cabal de la paradoja, como si la tripulación y el pasaje del Titanic se afanaran durante el naufragio en salvar al iceberg.
José Romero P.Seguín.

lunes, 4 de junio de 2012

NI EXCUSA NI PRETEXTO




El presidente del B. de España, MAFO, dimite después de sostener y no enmendar el envenenado elogio de que gozábamos del sistema financiero más saneado del planeta.  Para de inmediato pedir intervenir en el Congreso a fin de rendir cuentas de su gestión, aprovechando la comparecencia para ir pergeñando, descalificación aquí, crítica allá, la que va a ser su defensa.
El presidente del CGPJ y del T. Supremo, es denunciado ante la Fiscalía por uso abusivo de fondos públicos. Cargar al Consejo gastos supuestamente privados.  Una vez archivada la denuncia decide comparecer para contarnos una milonga de lujos y hoteles que no explican nada.
El presidente de            Bankia, R. Rato, lo cesan después de descubrirse un agujero billonario en la Entidad. Días después envía una carta a los medios de comunicación donde critica las medidas adoptadas por el Gobierno y advierte que con el dinero inyectado hasta él habría solucionado la crisis.
Tres hombres sin excusa pero sí con pretexto ­-curiosamente no invocado­­- el de lo burdo, de la mentira en que hemos vivido. Falsedad que nos habla de la indolencia de un pueblo que ha delegado asuntos esenciales en personas con escasos recursos intelectuales y nulo sentido ético. Individuos alienados por las ansias de poder a los que ha exigido un imposible tras otro, en un acto que solo puede calificarse como malicioso: la malicia de un pueblo. Ocurre que al pueblo no le cabe ni la excusa ni el pretexto.


domingo, 27 de mayo de 2012

EL ESTADO DEL BIENESTAR




      En el ámbito social se debería hablar más que de un justo reparto de una justa redistribución, que es muy distinto.  Repartir implica en este espacio dar de aquello que nosotros tenemos a quienes no tienen, lo que sin dejar de representar una magnífica disciplina para nuestros ambiciosos y avarientos espíritus, puede conducirnos a cierto grado de injusticia, puesto que puede darse el caso que, personas hormiga tengan que alimentar a personas cigarra, lo que no está bien, en la esfera claro está de la previsión y de la administración de los propios recursos.  Porque en lo que se refiere a la forma de entender la vida cada uno debe hacer de su capa un sayo, siempre que sea suya la capa y también el sayo, lo que no es justo, es que unos vivamos de otros en función de una supuesta justicia social que nada tiene que ver con el verdadero ideal de justicia.
      Por eso entiendo que es bueno hablar en general de redistribuir, es decir, que la riqueza circule oxigenando por igual al tejido social, en proporciones que permitan a unos y a otros llevar una vida digna, que no una indignidad de vida. 
      Porque si el estado del bienestar es comprar un piso hipotecándote para una vida y unos segundos,  el bienestar deja de serlo para ser una pesadilla que no nos deja ni estar.  Y ahí entra en juego el sacrificio, esa especie de cilicio con el que debemos torturarnos para hacer de este injusto estado de cosas un mal nombrado estado del bienestar.
     Si vamos tirando con el dinerillo que nos dan los abuelos y padres, que con tanto sacrificio y privaciones han ido juntando, no estamos sino defraudando la verdadera justicia social en favor de los de siempre.  Puesto que lo lógico es que, llegados a una edad, cada uno pueda hacer frente a sus necesidades vitales con sus propios medios de subsistencia, obtenidos de su trabajo y esfuerzo.  Provisiones que han de venir de quienes explotan los recursos naturales y manejan el mundo laboral.  Es decir, de la justa redistribución de la riqueza, sólo así se puede construir un mundo más justo, en el que todos vivamos de verdad mejor.
     Pero quién desea poner en práctica tal disciplina: nadie. Porque no vivimos los unos para los otros como se debiera, sino los unos contra los otros.  Porque nos sentimos grandes y poderosos, cuando no somos sino ruines y miserables, porque nos imaginamos inteligentes, cuando no somos sino meros especuladores capaces de robarle la caridad a un mendigo.
      Esa nefasta disposición que nace con nosotros, lejos de limarse a favor de la solidaridad y la justicia con mayúsculas, se potencia, se afila y refina en la larga etapa educativa, para que el cruzarle el corazón a los demás no nos labre sino una honorable reputación.  Así aprendemos a robar sin armas, sensación de abuso o sentido de culpa. De ese modo nos hacemos especialistas en cultivar injusticias que son premiadas y elogiadas en magnas aulas de universidades y en suntuosos actos sociales.
      Hoy vivimos en un mundo donde todo tiene, eso sí, un nombre que suena a las mil maravillas,  tanto que no hay quien se atreva a gritar llamándole a las cosas por su verdadero nombre.  Y no lo hacemos porque nos de miedo, porque tememos que si lo hacemos se rompa el encanto y nosotros mismos descubramos que también vamos por el mundo no desnudos como nos pretendemos  sino vestidos con todas las injusticias que podemos, y con la esperanza de copar unas cuantas más.  Pero no ver no significa que las cosas no existan, que no estén ahí, mirándonos y viviéndonos con todo el descaro del mundo, mientras nosotros con nuestras esperanzas de mejorar en este paraíso de las oportunidades dolosas nos saludamos cada mañana, con unos buenos días que ya ha fijado presa en el corazón de alguien que como nosotros habita también en la esperanza de un mundo no mejor, sino mejorado para él.
     Qué hace la juventud frente a los trabajos basura, frente a la especulación con la vivienda, frente a la corrupción, nada, absolutamente nada lejos de la algarada en pro partido o ideología en vías de comercializar. Y no lo hace porque no hay en su seno una clase dirigente verdaderamente independiente, capaz de liderar al margen de los poderes establecidos un verdadero cambio.  Sino que esos jóvenes que se comprometen lo hacen pensando ya en comercializar sus capacidades de liderazgo en el seno de los viejos partidos y sus rancias ideologías, de los sindicatos, de las empresas, en fín, que combaten ya en su guerra particular, sin importarle en exceso la general.


martes, 15 de mayo de 2012

EQUIPO MINISTRO CON CARTERA



      Un ministro observado en la distancia no merece mayor atención, bien pudiera ser tropa de funeraria o rezagado de pelotón de boda, acaso sólo un advenedizo en el arte de seducir. Pero si nos aproximamos a él podemos observar todo un catálogo de prendas que son a la postre quienes le confieren el carácter institucional que lo hace digno del cargo y cargo de dignidad.
Tomemos al azar un ministro, de cualquier ramo, qué más da, el equipo es similar. Que sea eso sí de los de cartera, dan más juego en el arcano de esa vacía obviedad que los distingue.
Comencemos pues por ella: la cartera, preferentemente de cuero bovino, tintado en negro, más serio y fácil de combinar con el variado vestuario ministerial. Una cartera formal que lleva tatuada en la solapa de cierre, a fuego de oro falso, el escudo de España y el nombre del ministerio correspondiente.
      El complemento puede semejar baladí, dado que no la mueven sino el día del relevo, pero que vale su peso en oro, pues es ella, aún más que el juramente del cargo ante el Rey, quien de verdad confiere autoridad al ministro. De ahí el nada inocente ritual de la entrega, acto en el que podemos visualizar como el ministro/a saliente  entrega al ministro/a entrante el símbolo de su cargo: la cartera. Durante la dictadura era frecuente que en los relevos de altos cargo se intercambiaran varas, las del poder, ahora son carteras, las de poder.
      La cartera en cuestión soporta, al margen de ese aciago simbolismo, una potente carga sentimental y artística que nada tiene que envidiar a la autoridad a la que sirve. No en vano procede de un animal al que le fueron dispensados los cuidados del ganadero, la firme mano del matarife, la diestra mano del desollador, la sabia mano del curtidor y por último la artística mano del guarnicionero. Muchas manos de voluntad frente a las manos involuntarias del partido y las  largas manos del líder que ha dado forma a quien la porta.
       Centrémonos ahora en el traje, de la mejor tela y por supuesto de marca, vista o solo arrope porque lo que importa realmente es que esas discutibles bondades salten a la vista. Y es que hoy un hombre bien vestido no es aquel a quien mejor le sienta el traje sino aquel que más ha pagado por él.
Ha de ser además un traje de una sola puesta, porque no es propio repetir en hombres de tantos posibles: los de todos. Un traje, digo, que sea orgullo y consuelo de los administrados en su faenar desarrapado. No cabe pensar que un ministro del reino, vistiese funda de currito en un país que ha hecho del traje la vestimenta nacional.
     La camisa y la corbata siempre a juego con él, dando juego, y siempre pares en el precio y la confección.
      La pluma, no cabe bolígrafo, de prestigiosa marca, a poder ser de diseño y de noble metal allí por donde sangra. No hemos de olvidar que en caballeros de esta caballería equivale a la lanza, pues es con ella con la que rubrican sus aventuras y nos desventuran cuando yerran.
      El coche oficial, de riguroso negro y de esas marcas que se dicen “premium”, por supuesto el más alto de gama, equipado con las últimas innovaciones tecnológicas en materia de seguridad y confort. Preferentemente blindados, para sentirse libres de todo mal, porque pese a que un ministro es un ser comunitario, siempre hay quien no lo ve así y a lo peor le da por dañarlo. Lo hacen con el mobiliario urbano que les es útil, por qué no lo habían de hacer con un ministro al que no le hallan utilidad.
Un vehículo potente y capaz de ir y venir siempre a toda velocidad, porque un ministro es un ser ocupado, que digo, un superhombre al que la maquina le ha de socorrer en la consecución de ese don que no le fue concedido, el de la ubicuidad. Qué ministro sería ese que no tuviese prisa, que fuese y viniese calmoso de inauguración en inauguración, no sería serio, claro qué no, parecería que no tiene otra cosa que hace, y es esa debilidad en que no debe caer porque un ministro puede no tener utilidad y hasta no ser útil pero siempre tiene algo que hacer.
     Y ya en su horizonte, visible o no visible pero siempre presente, el regio edificio ministerial. A ser posible palacete o cuando menos de construcción antigua. Lógicamente de noble piedra y labrada fachada. Un edificio capaz de albergar no sólo al ministro, sino a su vasta progenie administrativa, insigne tropa de plumillas encargados de llenar de contenido al ser ministro en sí y a su ministerio.
Un edificio entero para ese fin sin principio podría antojarse, a ojos de un ciudadano desinformado, innecesario, pero no lo es, un ministro sin edificio no guarda simetría con el carácter acaparador de la administración. Porque ésta para ser ha de tener necesariamente sede, sino con qué sedar a los administrados en las pardas horas de desesperanza. Hasta para ir a protestar se hace necesaria. Dónde ir sino en los vertiginosos raptos de rabia a saciar nuestro apetito de venganza administrativa, esa de romper lo nuestro con la naturalidad con que lo hace cualquiera con lo ajeno.
     Después de este paisaje ministerial viene el de los ministros sin cartera, pero de esos hablaremos otro día.




BRANKIA” Y LOS PECES DE COLORES


        Cronología de la ruina: "Mariano, déjame la entidad un rato"'. "No Rodrigo, que la “Espe” no quiere". "¡Jo!, ¡déjamela, que no le hago nada! “Vale, te la dejo, pero ojo…”. Meses después Bankia es intervenida y el suplicante cesado. En el despacho de Rajoy se oye a una tronante Aguirre: "Entérate, me molaba más mi Caja Madrid que la Bankia de Rodrigo”. Precedido de un: “Eso, eso…”. El relato podía ser ese, puro teatro, manifiesta teatralidad, pero lo cierto es que no fue el rato que se la dejaron a Rodrigo el motivo de la quiebra de Bankia, sino la mala gestión de la mano tonta del pueblo, los políticos, que en unos pocos años han convertido las dignas y sociales cajas de piedad en indignos ataúdes de despilfarro y usura, enterrando con ellas algo más que cientos de millones de euros, que no es poco. Me refiero a la esperanza del ciudadano medio, y cuando digo medio hablo de esos que aún conservan una porción de anatomía económica capaz de mantenerlos a salvo de la bancarrota, y cuando nombro la esperanza aludo a la que aún albergamos muchos de ver un día gobernado el país desde las instituciones democráticas del estado.
        La nacionalización se revela cada día con más fuerza como la peor de las soluciones posibles, sin que ello suponga motivo de alegría sino la mera constatación de un fracaso que nos atañe a todos. Por eso que no te vengan con el cuento de “Brankia y los peces de colores”, porque esos, los somos todos. 

lunes, 30 de abril de 2012

CIVISMO Y TRAICIÓN


      Como si hubiesen eructado en la mesa, defecado en la vía pública o quemado una papelera. Como si su delito no hubiese ido más allá de transgredir alguna norma de urbanidad y buena educación. En esa frecuencia se busca sintonizar, a favor de la impunidad, a los asesinos de ETA, invitándolos a que se sumen a unos cursos de civismo que promueve el gobierno bajo la severa exigencia de que desvinculen de la banda y prometan no reincidir. 
     Las víctimas del terrorismo se podrán quejar de haber sido sometidas a toda suerte de vilezas pero respeto a la infamia de la traición no deben quejarse porque por todos han sido sobradamente traicionadas.
      La estrategia seguida es una desvergüenza y una burla a la sociedad y a la democracia, y más cuando no hace mucho ese mismo partido tildaba de traidor al ex presidente Zapatero por adoptar medidas similares, apoyando además las movilizaciones de las asociaciones de víctimas. Las calles, parece ser, están para ser quemadas a conveniencia de los interés de partido en su tarea de copar el gobierno. 
     Zapatero se justificaba con el mantra de la “pazzz”, Uds. no se justifican, entiendo que lo hacen por la faz, porque hay que tenerla muy dura para dar semejante giro y sostener que nada ha cambiado en su política antiterrorista. Disponen Uds. de formación cívica pero su concepción del civismo se ha tornado estrategia política. Tienen también vergüenza, faltaría más, ocurre que no la frecuentan.

martes, 10 de abril de 2012

PRIMAVERAL PEREZA



“No existe pasión más poderosa
que la pasión de la pereza”.
Samuel Beckett.

En la marea de vivos colores con que inunda la primavera los campos, jardines y espíritus, florece gris como el aliento, gris digo, por lo indefinido de su esencia, la magnánima y mansa flor de la pereza. Ramillete de indolentes decaimientos para ese catártico fin que demanda la inconsciencia.
Curiosamente, cuando la tierra se conjura en tan sublime esfuerzo, se abisma el ser humano en las nebulosas regiones del ensueño, y allí donde va escoltado por un paisaje multicolor, se le percibe gris y ahuecado, como si en vez de carne y hueso fuese de algodón. Es más, como si no perteneciese a este mundo, o en verdad sobrease sobre la faz de la tierra, y tal orfandad no le inquietase.
La primavera nos ausenta, nos extravía, nos desdibuja en el campo y en la ciudad, para llevarnos a un lugar cuyo nombre y ubicación guarda en celoso secreto. Un lugar al que nosotros, consumados nominalistas, le llamamos pereza. Silencioso paraje al que en venganza por su férreo mutismo insultamos adjudicándole despectivas acepciones y atribuyéndole los más infames vicios. Sin percatarnos de que en tan ignominiosa acción no estamos sino insultándonos a nosotros mismos, clamando contra nuestra propia esencia y conciencia, más próximas a ese arcano que a la geografía explorada de nuestra visceral naturaleza.
La pereza es, como he dicho, una voluntad inexplorada ante la que me declaro agnóstico, en la medida que trasciende la mera experiencia. Porque, todos sabemos pronunciarla, pero, sabemos de verdad definirla en lo profundo, en lo verdaderamente sustancial de su esencia. Entiendo que no, porque una cosa es: la desgana, la tardanza, la flojedad, la indolencia y hasta la indiferencia, y otra muy distinta es la primaveral pereza, esa fuerza que sublima los espíritus movilizándolos en un afán alejado de esa lógica social que nos pudre y confunde, pero que encarna, por más que duela, el alma de nuestro actual sentido existencial.
La primaveral pereza es un acto de íntima soledad a través del cual el ser humano se retoma en el punto exacto que de él demanda su naturaleza, tanto en lo físico como en lo anímico, y como ya he dicho, para un fin que sólo conoce ese certero, aunque denostado instrumento de orientación que nos asiste y al que llamamos inconsciencia. Nada nos guía con más acierto y perfección hacía nuestro origen, que ella, en la medida que encarna en nosotros la esencia viva del universo del que provinimos. Sólo ella conoce el secreto del caos y el perverso efecto que el orden ejerce sobre él, en el nombre de la necesidad. Necesidad que no es sino el lapso de corrección de los ritmos cósmicos en el imposible acto de detenerse que precede a su lógica e inmediata destrucción. Eso somos, eso es todo lo creado, la infinita reiteración de un error eternamente corregido.
El hombre, hecho a imagen y semejanza de la necesidad que impone el orden, abomina de la pereza, al percibirla como el principio del fin, cuando no es sino el fin que da principio al todo. El sumo acto de restitución a nuestra verdadera y universal materia.
La pereza es un laberinto sin senderos que se bifurcan, ni encierra tampoco cabal entrada y salida, somos nosotros los que, apremiados por nuestra postrera necesidad, los trazamos a la par que la dotamos de su lógica entrada y salida. No tiene tampoco sentido, somos nosotros, consumados necesitados los que nos esforzamos hasta el absurdo por dárselo, por dotarla de razón para que quepa en nuestros sentimientos y adquiera consistencia en nuestros sentidos. No goza tampoco de razón, porque la razón no sino una mera y enfermiza secuela de la necesidad del orden que fatiga en lo existencial al hombre. Puro formulismo en lo social, que sólo a él, social por costumbre, aqueja: tengo razón, la razón me asiste, nuestra razón, las razones, en fin, de un mundo imperfecto que nace, paradoja de paradojas, de la misma razón, y que, por tanto, hasta en su sinrazón a la razón se debe.
La perezosa primavera conmueve nuestro ser desbordándolo del asfixiante corsé social que lo oprime para derramarnos generosos por los amplios espacios de la vida. Es, por tanto, una fiesta, la fiesta por antonomasia, en la que se fundirán un día todos los actos sagrados con que cada credo saluda y honra hoy a sus falsos dioses. Que lo sepan los sacerdotes de todas las iglesias y los chamanes de todas las tribus.
Yo, más perezoso que primaveral, os convoco a la fiesta de los sentidos a que nos invita la pereza. Dejémonos caer, en esa feliz celebración, sobre las verdes y floridas llanuras, que orlen nuestras cabezas nutridos corros de margaritas, y vuelen libres los pinceles de nuestra imaginación sobre los blancos lienzos de las panzudas nubes que presiden el manso cielo que nos alumbra.
No debemos olvidar que la pereza no es, como sostiene la iglesia, un pecado capital sino capital como el pecado.

domingo, 25 de marzo de 2012

CASTIGO E IMPUNIDAD




El director de la sucursal abre el cajón de la mesa, saca una escopeta, encañona al cliente y le obliga a trasladar sus ahorros a un depósito fraudulento.
El cliente atemorizado firma el contrato sin dejar de leer los negros ojos de la recortada que le apunta a la cara, para él esa es la única clausula que obliga, la única a la que se debe y por la que debe acatar la transferencia de su dinero a ese producto financiero y facineroso donde lo va a perder.
Si el proceder del director de la entidad hubiese sido éste la cuestión habría sido sencilla de solventar, bastaría que el atracado se hubiese personado en una comisaría y denunciado el hecho, para que de inmediato se procediese a la detención del delincuente y a la recuperación del dinero robado.
Sin embargo, por desgracia para sus víctimas, la narración de los hechos es otra muy distinta. Pongo por caso, el bonachón interventor de la oficina, lo conduce, brazo sobre los hombros, al despacho del director, que lo saluda efusivo, a la par que adula sin asco y agasaja con alguna que otra baratija bancaria. Le habla luego artero de las infinitas bondades de ese exclusivo producto que denomina “Participación Preferente” y de su personal interés en que él, a quien tanto estima, no pierda tan ventajosa oportunidad de ver aumentado su capital.
Hasta ahí la sutil frontera que separa el atraco de la estafa, y también el amargo abismo que media entre el castigo y la impunidad.

jueves, 1 de marzo de 2012

NEUTRINOS PRODIGIOSOS

La ciencia, también la conciencia, a menudo yerra. No hace muchos meses eminentes físicos anunciaron que los neutrinos eran más veloces que la luz.

En Valencia, un recién absuelto Camps se precipita a recobrar para sí el cargo de “neutrino” mayor del reino, obviando que dejó en la ruina la Comunidad. Por otro lado, los “neutrinos” de Compromís y PSOE buscan rentabilizar las movilizaciones estudiantiles, en el afán de ganar en las aulas lo que perdieron en las urnas. Tildando las movilizaciones de “Primavera Valenciana”, emulando a las Árabes; las comparaciones son odiosas, ésta es además infame. Luchar contra una dictadura no es equiparable con hacerlo por recortes en enseñanza por graves que sean. En ese mismo escenario los antidisturbios hacen buenos esos versos de Fito que dicen: “Con la policía, todo solucionado, para los problemas jarabe de palo”. Neutralizar elementos violentos, dicen, “neutrinizar” deberían haber dicho.

Hoy se ha sabido que fue un fallo técnico el responsable del error científico, restableciendo así el honor de estas leves partículas, abochornadas ante la inminencia de nuevas pruebas. La ciencia se ve que es certera en lo que a conciencia se refiere. No así esos “neutrinos” de la política que no dudan en aprovechar las malas conexiones y deficientes sincronizaciones que produce la pésima situación social y económica que atravesamos, para derrotar a la luz en la indolente tarea de deslumbrarnos.

José Romero P.Seguín.