miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA FORJA DE UN SUMISO


      Comprar puntualmente a un hombre no esconde misterio, todos tenemos un precio, sin embargo, alienarlo y alinearlo con nuestra causa requiere un proceso más complejo.  Llama por ello la atención la fabulosa legión de hombres dispuestos a bailarle el agua a los dirigentes de las tendencias políticas en auge. Al objeto de alcanzar a entenderlo tomamos como ejemplo, podía ser cualquier otro, una/o periodista joven, que alcanza, por su valía, el éxito y de su mano a crear opinión.
Esta persona tiene, como es lógico, un sesgo ideológico o modelo social que le aproxima a una de las tendencias en liza, sin que ello le impida mostrarse imparcial y crítico con aquello que le dicta la más elemental razón.
      El grado independencia que muestra le convierte en sospechoso para todos y ahí se inicia la cacería, el más dolido aprovechando ser gobierno o con ocasión de llegar a él, provoca que pierda su puesto de trabajo. El bajón moral es aprovechado de inmediato por el adversario del verdugo que acude en su auxilio, en aras de reparar la injusticia, fichándolo para su grupo. Él accede y se incorpora en la convicción de encontrarse por fin en su sitio sin reparar que está en el  dispuesto para él. A partir de ahora ya no es él sino una parte de ese todo que lo ha sumado a una causa común, la del partido que apoyan. Su misión, por tanto, la de dotar de discurso la tropelía discursiva o ejecutiva de sus protegidos.

2 comentarios:

  1. Es muy fácil, en efecto, enredar a un hombre pescador. Las técnicas son variadas; la que tu describes una de las más efectivas. Nadie rechaza el ungüento de Fierabrás para una herida. Y más si, además de curarla, notas que la piel se fortalece.
    "Serás presidente del Club, figurarás en todos los medios, actuará de trampolín para tu negocio; los beneficios serán inconmensurables. Y ya sabes que en caso de cualquier problema, aquí estoy yo." Sería otra manera de verlo.
    Y está, claro, la burda, la de urgencia, aquella que va directa al estómago. Un sobre y aquí está el Rolex.
    Y que sigan los míos, que con algo que tengo y algo que me caiga...
    Saludos.

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    1. Así es amigo así es, de todo modos, de vez en vez alguien parece resistirse, es entonces cuando se le muestra el camino con los peores modos. Uno mueve el árbol y el otro coge la fruta.
      Recibe un fraternal abrazo.

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