domingo, 2 de octubre de 2011

INMERSIÓN E INVERSIÓN



Afirma Artur Mas que los niños de la escuela pública catalana hablan el castellano como los de “Valladolit” mientras que los de Sevilla, Coruña…se expresan de modo ininteligible.

La afrenta refleja un talante entregado a los prejuicios raciales y a la perversa ida de la pureza de la raza. Porque la cuestión por la que le preguntó Albert Rivera , de Ciutadans, no era sobre quien la tenía más grande en asuntos de lenguas y lenguajes, sino por qué siendo un férreo defensor de la inmersión lingüística llevaba a sus hijos a un colegio trilingüe de pago. La respuesta se antoja sencilla, sus razones. Como también las tienen aquellos que exigen para sus hijos el castellano como lengua vehicular.

Juzgo que en el fondo al President le da lo mismo, es más, quizás encuentre razonable y conveniente tal petición. Ocurre que en la firme defensa del catalán halla él “la razón de la sinrazón que a la suya se hace”, es decir, su medio de vida. De ahí que se retomara torero en la réplica y citara a la diferencia, esa que da sentido al hecho diferencial, y arremetiese contra los niños educados al sur de su monomanía, a los que no entiende, a los que no acaba de entender, quizá porque son también víctimas de un proceso de inmersión que, a juzgar por las preferencias educativas de sus mentores, parece ideado para los hijos de los humildes. Mano de obra al fin de los suyos que salen de privada para hacerse cargo de lo privado y de lo público.

José Romero P.Seguín.

6 comentarios:

  1. Quiero imaginar que no es casualidad la coincidencia de estas dos entradas cuyo denominador común, al margen de las diferencias evidentes, es la contaminación de ciertas clases dirigentes por un tipo de pensamiento excluyente que hace de la diferencia el primum movere de su razón de existir y la desaparición o sometimiento del distinto en su principal objetivo. Nada nuevo en una historia plagada de cruzadas e inquisiciones que llevaron la sangre y el dolor a tantos inocentes. Fuerza proactiva esta del nacionalismo que contamina y crece con energía a poco que se abone.

    Parece que el ser humano se empeña en no aprender de sus propios errores.

    Una estupidez y una pena, amigo.

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  2. Lo siento, tenía un discurso elaborado sobre experiencias propias y la prohibición de entenderme en gallego con los propios compañeros gallegos, pero al intentar notariarla, se perdió. No tengo fuerzas ahora mismo para recomponerla, por lo que soltaré la última frase que recuerdo: me temo que en Cataluña están siguiendo las directrices de D. Francisco de Ferrol, en torno al lenguaje, sólo que aquel proclamaba UNA, GRANDE Y LIBRE,éstos: Uno, catalán y cautivo.

    Parece que has tendido algo de tiempo libre, que nos premias con dos postres.

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  3. A menudo la ausencia de sufrimiento nos lleva a imaginarlo, más tarde sobre esa ensoñación construimos la lirica de nuestra existencia, devenimos al fin en la insania que aflige al poeta. Ayer, fue César con su crónica visual del camino, otras eres tú con esa sensibilidad tuya de “ensartador” de perlas. No somos en ese ni buenos ni malos, sólo buscamos ser atentos con nuestro universo, sólo pretendemos expresarle cuanto agradecemos el estremecimiento de lo bello. Otros por el contrario imaginan alegrías para el común, quizá para el consumo, son los soñadores de quimeras sociales, son esos que se dicen políticos, poetas de la realidad, hijos de todas las rabias, no son tampoco ni bueno ni malos, sólo buscan ser cuidadosos son su mundo que se le antoja exquisito…
    Divago, aquí no habita sino eso que de lo que tú hablas las infinitas ganas que nos mueven a buscar que los demás sean la de la medida de nuestras apetencias.
    Infinitas gracias por tu visita y tus palabras.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  4. A menudo galopan las bacas, a menudo se tornan sobre la línea del horizonte golondrinas, y otras caminan disléxicas y pausadas de regreso a los establos.
    A menudo cantan en nuestra memoria los ejes de los carros, madera de fresno “freixo”. Los recuerdas, gimientes y esplendorosos de humildad camino de las coquetas eras de nuestra infancia. Promesas de centeno y hartura…
    Me gustaría que el día de mi entierro fuese esa la música que sonase: pacifica, domestican y amiga. Anunciadora de un mundo todavía completo. Que fuese ese el acorde grave de esa infinita levedad que me secunda. Nadie me enseño tanto como ellos, sobre la hermosa necesidad de la carga…
    Te digo esto porque lo otro lo has dicho tú y lo asumo. Y porque he recordado las vacas y a su rabo tanta memoria.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  5. Cuando digo vaca me refiero a la que pasta y pasea, no a la que porta.
    Si es que no estamos.
    Fraternal abrazo.

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  6. Sí, me había percatado de que te referías a una vaca bien gorda y alta. A veces los dedos van por libre; va a ser lo único libre que tenemos.
    Y qué vida la de las vacas! Pastar y pasear...

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