sábado, 27 de marzo de 2010

LA TRISTE UTILIDAD CUBANA



Cuenta Castelao en su libro “Cousas”: “Chegou das Américas un home rico e trouxo consigo un negriño cubano, coma quen trai unha mona…”, la frase supone toda una declaración de principios: los malditos principios de quienes nos los tienen y creen poder comprar y compran a otros seres humanos al objeto de explotarlos o de redimirlos, qué más da, la falta de respeto habita en el hecho mismo de ese canallesco cuidado.
A día de hoy no son pocos los que van a Cuba de vacaciones y se traen una hermosa joven, de la que juran estar enamorados y ser correspondidos, pese a la clara diferencia de edad y lo asimétrico de las curvas del uno y de la otra, porque no es lo mismo la curva de la felicidad con epicentro en el ombligo, que unas curvas caribeñas con centro de exacta gravedad en las caderas. De éstos se podría decir emulando al literato: “Foi un paspán de vacacións a Cuba e trouxo consigo unha mulata como quen trae unha deusa.” Hasta ahí nada que objetar si de verdad median sentimientos y no carencias, si la atracción es mutua y libre y no mera transacción económica. Porque es frecuente oír respeto al proceso democrático del pueblo cubano: “¿Para qué quieren la democracia?,¿para terminar siendo el prostíbulo de los americanos?”, y a uno se le antoja que de practicarla mejor cobrando que mendigando, porque muchos de los que defienden tan leal resistencia viajan hoy a Cuba y pagan sexo con pastillas de jabón, aspirinas y medias.

1 comentario:

  1. De tres proyectos, de esos que se hacen a fin de año, dos se me han quedado en el camino. Uno de ellos era visitar Cuba antes de que se vaya Fidel. Lo he anulado, un poco por unas cosas otro poco por otras.Pero tranquilícese usted, Sr P. Seguín, no tenía pensado hacer como aquellos paisanos nuestros que salieron de caza con los perros el jueves y cuando volvieron de Cuba los perros estaban medio muertos de hambre y las parientas con denuncia en la Guardia Civil por secuestro de sus maridos. Nunca lo he creido del todo, pero ahí queda la leyenda, abundando en lo que usted dice. Efectivamente, la mayor parte de las veces es falta absoluta de afectividad y las caribeñas andan sobradas de ella. Pero ahora no sólo son ellos los que se traen morenas de generosas curvas, sino que ellas se van en busca de mo-re-ni-tos salaoss...y se los traen, sí, señor. Otra manera de esclavitud, supongo, por mucho que se disfrace de afecto.

    No sea usted tan amable conmigo o me ahogará en mi propio ego.

    Saludos muy cordiales..

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