lunes, 19 de abril de 2010

DE CUNAS Y MANOS



El Estado mece la cuna de la fuerza legal en las manos de jueces y policías, manos que a su vez manejan cabezas por lo general honestas y justas, también ambiciosas y ruines, no digo que las de Garzón lo sean, digo sólo, que en ocasiones esas manos hacen danzar la cuna más allá de lo legal y caen en la ilegalidad. Y es obligación del Estado restablecer la legitimidad perturbada, en otro caso la legalidad que lo inviste y a la que se debe se vería no sólo mermada sino directamente desautorizada, en una palabra, dejaría de ser legal para convertirse en ilegal en todos y cada uno de sus actos.
Al margen de esta esencial regla democrática existen otras manos que mecen sin asco y a dos manos la cuna de la impunidad o la venganza según convenga al momento político y a sus personales intereses, negándose a admitir tan elemental principio y pervirtiendo con ello la democracia que dicen defender, es más, que sin ningún recato o derecho afirman representar, lo que nos permite visualizarlos en la plenitud de sus caras, la de imponer sus criterios a los demás haciendo de la legalidad su antojo, o de el de aquellos a quienes sirven.
La cuestión que aquí se solventa no es la calidad ética e ideológica de los denunciantes sino el hecho de comprobar si efectivamente el juez Garzón actuó conforme a derecho, lo demás no son sino ganas de mecer la cuna de la legalidad a nuestro capricho, y eso se me antoja, cuando menos, ilegítimo.

7 comentarios:

  1. No puedo quitar ni una coma a su siempre certero análisis, mas bien quiero reforzarlo añadiendo que comparto con usted el pensamiento de que el estado tiene que testar a menudo la situación de sus poderes. Del mismo modo que a las empresas se les exige una auditoría que acredite su limpidez (otra cosa es que se consiga) al poder judicial debería ocurrirle lo mismo periódicamente y sin previo aviso. Testar sus sobreseimientos, controlar sus despistes, auditar en una palabra su buen hacer. Quede claro pues que no sólo es justo sino necesario que cualquier juez pase por el tamiz de ser juzgado; mi queja es por aquellos que usted nombra, aquellos que mecen la cuna a su antojo y si el de pelo blanco es uno de ellos, caiga sobre él la ley, pero nada más que la ley. Y claro que conviene saber si el Sr Garzón actúo conforme a ley, soy el primer interesado en saberlo. Añado que sería muy malo para la justicia que nadie se sienta por encima de ella.
    Y ahí va mi teoría final: en el caso de la Memoria histórica, va a ser difícil que haya prevaricación, hay demasiados criterios subjetivos. En el caso del Sr Botín, creo que habrá sabido guardárselo sin dejar rastro, pero creo que la Correa le aprieta demasiado en el cuello a nuestro caballo.

    Echaba de menos sus reflexiones quasi filosóficas, Don José Alfonso.

    Saludos cordiales y gracias por preocuparse por la recuperación de mi santa.

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  2. Se me olvidaba comentarle la hermosura del caballo, los ojos tapados en los laterales para que nada distraiga su recto camino..y no embista a los pobres espectadores como la justicia embistió al soberbio caballo blanco.

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  3. Antonio Romero Seguín21 de abril de 2010, 0:35

    Buenas Fon, refrescante blog, pertinente y adecuado. Interesantes tus reflexiones como siempre. Estamos en el tiempo del flagelarse y no callar, del tomar partido atolondradamente por los que se oye y no por lo que se sopesa, aquilata y concluye... estamos de acá para allá como los perros, casi ciegos como tu caballo. Hablamos de lo que hay que hablar para no llegar nunca a decir lo que realmente hay que decir...
    Un abrazo grande.
    ARS

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  4. D. José Alfonso, lo malo es que el Estado que debería vigilar para que no se desmande ninguno de sus poderes, resulta que encomienda meter ese termómetro antidoping en el culo de sus instituciones, a "fontaneros" que tienen las manos, no asépticas, sino llenas de mierda.

    Un abrazo, amigo mío.

    Da igual que las normas del Instituto prohíban el velo islámico. Saben que presionando siempre habrá un ministro capón que se rinda en nombre del gobierno. Después, si consiguieran el pañuelo, pedirían un burka. Para seguir jodiendo.

    Hiyab, Gabilondo cede, el Instituto no

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  5. Gracias por sus cariñosas palabras amigo César, y muy especialmente por ese hacerse memoria en su hermoso caballo blanco, blanco y espléndidamente cuajado de ojos en toda la extensión de su piel.
    Reciba un fraternal saludo.

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  6. Flaco favor te haría, hermano, repitiendo el socorrido dicho de “son los tiempos que nos ha tocado vivir”, porque es mentira, son los tiempos que nos hacemos vivir, los tiempos que nos viven por la sencilla razón de no haber sabido preservarnos ni aún en el anonimato, por habernos expuesto una y otra vez sobre la faz canalla de una realidad que no resulta cómoda, tanto que gustamos dormirnos sobre ella para levantarnos falsamente sobresaltados, hipócritamente indignados.
    Tú lo has dicho, decir para no decir jamás lo que se debería decir de nosotros y de los demás.
    Reciba hermano un fraternal abrazo.

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  7. El Estado es el dios que hemos sabido levantar a ras de suelo, el dios de barro de nuestras fatigas, del que no esperamos otra vida en la gloría del universo sino una tirita en la enorme herida que nos produce la angustia con que nos socorre el otro.
    Amén del desbarre, decirle, que efectivamente anda el ídolo de nuestras miserias en manos de toda calaña, de ahí la necesidad de levantar la voz a favor de su boca cerrada hasta la nausea.
    Reciba un fraternal abrazo.

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