martes, 26 de octubre de 2010
DEIDADES DEMOCRÁTICAS
Los griegos quemaron sus mejores naves bajo el designio de un infausto rebaño de dioses, arquetipos mezquinos y rencorosos sumidos en constantes disputas e intrigas cortesanas que, no dudaban en hacer extensivas a la vida y la hacienda de los hombres. El divino paisaje se revelaba desolador para su futuro, sin embargo, cuando todo parecía perdido brotó de la mano de un grupo de hombres sabios una luz a la esperanza, la de la razón, el logos, el conocimiento, acabando con el mito que encarnaban los dioses y su carnada, los héroes, un maldición que les tenía atados a las entrañas de un mundo que se regía por la sinrazón de la idolatría.
La razón nos permitió narrar un mundo ajeno a aquel que describiera Homero, y sin embargo, a día de hoy hemos vuelto a decaer en la flaqueza de deificar y el vicio de lo heroico a la hora de valorar a ese conjunto de ciudadanos que nos gobiernan desde el Olimpo de la democracia. A su servicio y socorro acuden, sin atender a razones, los Homeros de los poderosos mass media que han apostado por ellos. De su mano se ensalza y ofende a unos y otros poniendo igual saña en la alabanza que en el insulto, de modo que en ambos casos los agrandan frente a los demás hombres. En esa vieja disyuntiva nos debatimos a la espera de que, de nuevo emerjan del silencio de la sabiduría, la ética y la independencia, un grupo de hombres capaces de alumbrar sino la razón, sí al menos el elemental sentido común.
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Conservo aún unas piedras de carburo, a modo de nostálgica memoria, que pongo a tu disposición para que alumbren la lámpara que ha de encontrar a ese grupo de hombres. El sabio buscaba uno sólo y creo que no lo halló. Pero sin esperanza no hay futuro y me uno a tu deseo de que pronto aparezca quien imponga cordura-logos, nunca zanatos- en esta demencia que nos asola desde hace tiempo. Y sí, me temo que somos tan proclives a la adulación como a la lapidación verbal; derrocamos a gente válida con tanta alegría como ensalzamos a medianías impenitentes. Y es que el ser humano juega a semidiós sin advertir que como bien dices aquellos rebosaban mezquindad y rencor.
ResponderEliminarInstalémonos no osbtante en la esperanza y confiemos que alguna "Asociación de vecinos del casco Vello" imponga cordura. Esta siempre viene de los humildes, siempre que no se les consiga adocenar.
Un placer leerte y aprender.
Maestro!!
ResponderEliminarEsperanza, confianza, esperar...pacientemente que nos esquilen y ordeñen...o que sea otro el borrego al que lleven al matadero.
Esperanza y confianza...divinas cualidades, que no humanas. "Espérate sentao" decía mi abuela para incitarme a mover el plano culo que se te pone confiando con esperanza..el culo plano y la cara de rebaño!!
Yo, Maestro, estoy hasta las narices de lideres redentores. Creo que va siendo hora de que resurjamos todos nosotros, en una de esas oleadas de conciencia cíclicas con las que, de vez en cuando, el rebaño nos sorprende convertido en jauría sedienta de un glorioso Ragnarök.
Saludos!!
Tienes amigo César madera de Prometeo, me provees siempre de ironía, de fina ironía con la que iluminarme en el discurrir de los días, que mejor luz, que mejor entendimiento, para entender todo esto: Acepto pues tu piedras de carburo.
ResponderEliminarEfectivamente no se trata de indagar en la mítica casta de los sabios, sino de hallar la senda de la necesaria torpeza de la esperanza, pues sólo de su mano podremos alcanzar la voluntad de sabernos responsables y en esa responsabilidad obligados a serla y no sólo sentirla, porque no es lo mismo sentir esperanza que oficiarla.
La cuestión con la que espéculo no es sino el temor que me inspira no tener por delante una puerta a la razón, como encontraron en los filósofos los griegos, sino una fachada de mediocres azuzada de continuo para la ambición de aquellos que nos piensan sino en saciar sus ambiciones, una constante en la historia, lo sé, pero errónea a todas luces.
Por lo demás, me emociona la mención que hacer a la “Asociación de Veciños do Casco Vello”, como muestra de la sana intuición que te alumbra y te hace tan especial.
Gracias por pasarte por aquí y por dejarme tan hermosas reflexión.
Recibe un fraternal saludo.
Todo un canto, el tuyo Atila, a la rebeldía, a esa fuerza que sin duda lo engendra todo, también la necesaria destrucción. Un canto rebelde y vivo, capaz sin duda y que como tal emociona. Especialmente porque en un rasgo de lucidez, a día de hoy, sin excesivos precedentes, nos reclamas en el punto exacto entorno al que hemos de reunirnos y sobre el que elevar la voz para terminar de una vez por toda con está jauría de lobos que nos pastorean sin más conciencia que el hartazgo y la flatulencia de su grosera vanidad.
ResponderEliminarExiges revolución, la más refulgente de nuestras luminarias, la más necesaria de nuestras cenizas.
Es un placer leerte y tener por aquí, mi agradecimiento y admiración.
Recibe un fraternal saludo.
José Alfonso, primero que nada comentarte lo grato que se me hace encontrarte por acá. Puede que por este nombre (mi nombre real) no me reconozcas... soy Eudoxia, nos leíamos en militeraturas. Este texto, además de reflexivo, tiene ese elemento especial que usas para decir las cosas. No sabría describirlo. Siempre he pensado que ese señor al que llaman Dios ha sido una excusa de la humanidad para justificar su ignorancia, para no asumir nuestra pequeñez, en todo caso, como decía Nietzsche, los humanos lo crearon a su imagen y semejanza, y creo que no a la inversa. Yo no niego la existencia de un principio activo, generador, una mente poderosísima capaz de crear vida, pero dudo mucho que un ser de semejante magnitud, poder y fuerza esté siquiera interesado en obtener nada de nosotros. Recuerdo a Borges, cuando decía que tanto el infierno como el paraíso eran desproporcionados, igual recuerdo que el sentido común no es el más común de los sentidos. Pero bueno, bueno, José, que me voy por las ramas... lo que quiero decir es que me hago un uno con tu deseo, que es compartido, que es hora de resurjamos de nuestras cenizas, batir vuelo. Del resto, pues cito el comentario de Atila, se parece mucho a lo que yo misma habría dicho. Saludo, y un abrazo grande. Es un gusto tremendo encontrar tu blog.
ResponderEliminarHermoso nombre, Eudoxia, con el que te adornas en ese mundo siempre imaginado, pero no menos que este con el que luces en este otro mundo de la imaginación.
ResponderEliminarMe alegra mucho saber de ti y todo un privilegio tener en esta humilde casa de palabras donde voy volcando esas otras ganas de decir al margen de lo meramente literario, decir, de los días y su sociología.
De tu calidad humana y literaria habla sin duda tu acertado comentario, el que suscribo íntegramente, a excepción de ese inmerico halago que sumo, sin duda, a la fuerza del cariño que terminamos profesándonos quienes nos batimos en este mundo de mutuos consuelos.
Es un placer contar con tu presencia.
Recibe un fraternal saludo.
En realidad creo que cuando una sociedad desea asistir más el espectáculo que a la ponderación y al equilibrio( aunque sea inconscientemente )a través de los medios que deifican alabando o insultando hasta el esperpento al poder, así como se hace en los programas de corazón con los famosos, es que la sociedad sufre un horrible cáncer imparable , debido al cual el logos que tu describes, el "seny", ha dejado de tener interés, en parte porque la mayoría del puebblo ha dejado de creer en las acciones y mucho menos en las palabras de los políticos.Prefiere las locuras de los"dioses".
ResponderEliminarYo tengo esperanza aún de que renazca ese grupo de personas que pongan la sabiduría,y el logos de nuevo en acción y nos pueda recuperar de ese cáncer.
Un análisis realmente brillante, el logos es está en todo tu escrito.
Un abrazo!