domingo, 2 de octubre de 2011

GUERRA DE DIOS PAZ DEL DIABLO


“En un lugar de la Mancha”, así debió comenzar su discurso el presidente de la Autoridad Palestina ante la ONU, porque así lo merece la quijotada que su petición exige. Pero me temo que no era esa su intención, aunque sí lo sea la causa que ese teatro esconde, el sufrimiento de su pueblo. Pide Abás ser un Estado cuando lo que denuncia el rostro del sacrificio es ser patria, territorio, espacio al fin. Clama por lo que único que le es permitido ser y no es más por razones endógenas y consustanciales con la propia naturaleza del conflicto que por la voluntad de Israel.

La oportunidad la marca el discurrir de la “primavera árabe” y cataclismos geopolíticos de diversa índole que le llevan a imaginar debilidades capaces de forzar el reconocimiento. De ahí que eligiera para su discurso la sentida queja, la apelación a la conciencia, cuando lo que exige el conflicto es arrojo y no lamento, acción decidida en aras de forjar una voluntad, esta sí, palestina, capaz de permitirles ver el conflicto en su exacta dimensión: la de ellos, sin intromisiones envenenadas, y basada en la inexcusable necesidad de tener que convivir con los judíos de los que, a día de hoy, sólo los separa el hecho de un dios improbable y una fe indomable.

Judíos y palestinos merecen otro destino que el de ser punta de lanza entre Oriente y Occidente, más le valiera, por tanto, la guerra de una convivencia posible que desangrarse en aras de una paz imposible.

9 comentarios:

  1. Me estoy haciendo viejo. Quizá por eso me resulte imposible imaginar un tipo de dignidad que ignorando la historia y la justicia permita mantener una convivencia pacífica entre bandos enfrentados en disputas sangrientas.

    Por fortuna se multiplican los deseos de paz entre las personas de buena voluntad, pero eso evidentemente no es suficiente para recuperar la salud cuando la limpieza de las heridas es obligadamente quirúrgica.

    No sé bien cómo Mahmoud Abbas debería de haber empezado su discurso, pero puedo elucubrar sobre una parte de él:
    “Hubo un tiempo previo en el que palestinos y judíos convivían en paz. Fue antes de que ciudadanos extranjeros procedentes de los cinco continentes se adueñaran de su espacio de convivencia y los arrojasen a la muerte y al sufrimiento bajo el pretexto de la voluntad de su excluyente dios justiciero, la activa connivencia de la Reina Madre y una fiebre nacionalista aglutinadora de coyunturales intereses occidentales.”

    El escenario Palestino-Israelí es un referente esencial para todos aquellos que, árabes o no, queremos recuperar una política internacional de reconciliación basada en la justicia y la verdad, que permita recuperar para el Hombre un espacio de dignidad habitable en este mundo tan contaminado de espurios y deshumanizados intereses.

    “Por eso, querido Sancho, veo 194 motivos para la esperanza.”

    Un afectuoso saludo.

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  2. Tu último párrafo resume perfectamente el sentir de lo que debiera ser y no será. El merecimiento de todo ser humano a ser reconocido como tal, independiente de si se olvidó los papeles o si jamás lo has tenido. Es este el clásico conflicto en donde se puede observar la dificultad de la política para arreglar nada. Y para desviar atenciones, de manera que ahora mismo, he de confesarlo, no sé qué exigen los palestinos, qué están dispuestos a conceder los Israelíes y quién de ambos se bautiza con mejor traje en función del padrino más pudiente. Desconozco también si la historia podrá ser aliada o enemiga. Lo que sí veo es la desesperación de dos pueblos aniquilándose tanto física como moralmente a la vista del Orbe. De todos modos, nada especial, viendo todos los conflictos que se están desarrollando a nuestros ojos. Mientras medio mundo se mata entre sí, nosotros nos debatimos entre dos opciones: ¿Estamos gastando mucho, o estamos gastando poco?

    Recibe mis saludos más cordiales.

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  3. En esa zona no habrá jamás ni paz ni convivencia entre adversarios. El establecimiento de un estado palestino no garantiza nada...porque esa guerra es política para los israelíes pero religiosa para los musulmanes.

    La usurpación que hace el Islam de los lugares sagrados y de las religiones que conquista, sirve en bandeja un conflicto irresoluble...y más ante la presencia física en el Dar el islam del pueblo que renegó de dios (versión corán).

    La idea de exterminio de los israelíes alimentó la "causa" árabe durante todo el siglo XX...y la europea durante otros VEINTE siglos.
    Los europeos deberíamos estar inhabilitados per se para intervenir/intermediar (¡¡incluso opinar!!) en esta guerra. Los árabes también (recordad que Jordania estuvo en posesión del territorio palestino ONU durante casi 20 años y no hizo nada por establecerlo...más bien por impedirlo) por haber alentado cuatro guerras de exterminio.

    Las recientes "andanzas" del caballero Mahmud con el grupo terrorista Hamás dificultan aún más cualquier posibilidad de entendimiento...al igual que la autorización de nuevos asentamientos en cisjordania, alentados por la extrema derecha religiosa israelí.

    A estas alturas, sólo confío en una solución...que vendrá de Cielo...ejem...en forma de lluvia de enormes asteroides que borrarán del mapa Jerusalén, Hebrón, Belén...La Meca, Kerbala, Roma, Salt Lake City...¡¡y todas las demás!!.

    Mientras tanto, tendremos que conformarnos con las más que humanas soluciones que se vienen dando en este conflicto: guerra y sangre...entre periodos de pacífico...e hipócrita diálogo.

    Saludos!

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  4. La torpeza se expresa siempre por partida doble, la mía, en dos entradas y en dos comentarios fallidos.
    Mis más sinceras disculpas.

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  5. FJavier, a menudo nos imagino terribles invocando la paz para atizar la guerra, no es tu caso, pero es el de muchos hombres y mujeres de Occidente que gustan animar las ganas de reivindicarse en los ánimos de otros.
    Judíos y palestinos no son sino la marioneta nosotros, en medida, la cuerda.
    Recibe un fraternal saludo.

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  6. Qué decir, lo dice todo ese decir tuyo que nos advierte sobre el hondo pesar de los hipócritas. Hablamos del gasto amigo por no hacerlo de lo gastados que estamos.
    Bien visto, desde luego que sí. Después de la cura del camino quizá debí recibirte con otra alegría, pero que sería de nosotros sin esos que como tú gustan de aguzar el espíritu.
    Gracias por todo.
    Recibe un fraternal arbazo.

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  7. Estimado Atila, no se podrá decir que no dices, dices tanto que se te entiende todo, no hay en tu discurso, circunloquios, metáforas ni eufemismo, esta todo él entregado a un diagnóstico que por más que se nos antoje terrible es el que es y esta asistido por lo peor de unos y otros.
    Revelador a la par que apasionado, como siempre y como siempre un placer.
    Gracias amigo.
    Recibe un fraternal abrazo.

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