En estos próximos meses se produce en ríos, pantanos y lagos un fenómeno natural protagonizado por la fauna acuática que los habita, el desove. Período de tiempo en el que podemos observar como ejemplares de las distintas especies abandonan los lóbregos fondos en los que habitan el resto del año para ir tomando posiciones en las aguas más someras de las orillas, buscando espacios de transparencia para su progenie.
A tres meses de la convocatoria de elecciones municipales, este mismo acontecimiento se repite en el más lacustre que fluvial panorama de la precampaña entre los candidatos de los distintos partidos. Ellos, al igual que los peces, emprenden un metódico éxodo de esos espacios de sombra en los que habitan durante el mandato, para ir tomando posiciones en las orillas, a fin de hacerse no sólo raramente visibles sino extramente accesibles, dando así inicio a su nada natural puesta, en la procura del voto, el huevo del óvolo de poder que persiguen y por el que no dudan en enzarzarse en una confrontación en la que la única regla que rige es la de golpear con contundencia y eficacia al contrincante.
Busco explicar con el paralelismo el extraño afán de unos y otros por copar portadas de periódicos, por mostrarse afables y dispuestos a todo manejo, por más ignominioso que sea, siempre que les suponga ocupar lugares en los que hacerse presentes hasta en la ausencia, tanto que le resulte imposible al votante ignorarlos.
José Romero P.Seguín.