domingo, 6 de febrero de 2011

FE Y DEMOCRACIA


Los occidentales contemplamos a caballo entre la lógica inquietud y la razonable esperanza las revueltas árabes, y es que nos preocupa la llegada al poder de los islamistas.

Para conjurar este temor deberíamos alcanzar a comprender que los pueblos se debaten entre dioses y diablos, y que sólo aquellos que han sido capaces de equilibrarlos les ha sido permitido constituirse en sociedades, sino sanas, si al menos habitables.

El peligro de que se estén atando en vez de liberando, es real, tanto como entender que es un paso al que están obligados. Se han de encontrar, llegado el caso, bajo el yugo del dogma para tener así idea cabal del devastador efecto de éste sobre la razón.

A día de hoy habita en ellos, o cuando menos en importantes sectores sociales, la idea de un dios capaz de dar respuesta a todos sus problemas a través de la expansión religiosa.

Nuestra tranquilidad no debería tener precio y en su caso nunca el de tantos hombres y pueblos sojuzgados. Pero lo cierto es que va a caer en estas dictaduras la última frontera del colonialismo en su largo proceso de repliegue, y que vamos a quedar expuestos a su devenir sociopolítico y religioso, y que hemos de saber estar con ellos alentándolos a dar pasos en la tarea de constituirse en sociedades libres. Sin obviar que en ese aliento ha de viajar la firmeza necesaria para repudiar sin complejos ni ambigüedades la más leve tentación de confundir fe con democracia.


12 comentarios:

  1. Un pueblo tiene que formarse para valorar con claridad eso tan importante que dices:

    "....ese aliento ha de viajar la firmeza necesaria para repudiar sin complejos ni ambigüedades la más leve tentación de confundir fe con democracia.."

    Creo que la evolución natural de un pueblo formado intelectualmente y alimentado adecuadamente, echa por la borda, primero a dictadores que usurpan sus riquezas y libertades y después a un dios o varios que para nada tienen que dictar unas normas que deben dirigir sólo los hombres a la medida humana, hechas para las necesidades humanas y para gozar de este pequeño trocito de tiempo y espacio que, por algún motivo oculto, se nos ha dejado habitar, y que, religiones , dogmas e ideologías esclavizantes se empeñan en destruir.
    Abogo, como dices tú, por ayudarlos a construir sociedades libres y que además liberen a la mujer del peso de esos yugos, que ellas soportan con más dureza.
    Un abrazo. Es un gustazo leer clarividencia en tiempos tan turbios.

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  2. Está bien lo de preocuparse, por las revueltas árabes, pero hay que dejarlos que resuelvan ellos sus propios problemas. Me gusta la actitud de está teniendo Obama, hace meses visitó El Cairo y les habló de democracia, ahora espera con prudencia, sin atisbos de intervencionismo. Creo que todo lo que está pasando es una consecuencia de la globalización, que seguramente tendrá cosas malas, pero nos hace ver en tiempo real lo que ocurre en cada rincón del planeta. No es casual que el gobierno egipcio, lo primero que prohibió fue internet. Yo como soy de los que ven la botella medio llena, contemplo con alegría el despertar de los árabes.

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  3. "El peligro de que se estén atando en vez de liberando" es real como la vida misma. En occidente, en donde somos marionetas de otros poderes, también nos tienen atados en corto, pero respiramos.
    Cabalgas esta vez entre la esperanza y el ascua. Nos tienen en ascuas las manos que mecen las cunas. ¿Conseguirán adormilar al neonato pueblo rebelado o les revelarán la fe que los ate? ¿Conseguirá la fuerza que mece la cuna por la otra orilla cansar aquella otra mano que mece la cuna en la fe? Dicho en plata, occidente dejará "que ellos se arreglen" o invertirá en arreglarlos? Espero que esta vez sólo sea el ser humano que ha pensado al unísono en libertad y democracia.
    Es que yo soy hombre de fe.
    Lúcida reflexión que abarca todo el meollo y hace pensar.

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  4. Yo no tengo la menor duda, amigo. Mientras Al Jazeera alcanza a 200 millones de habitantes de 11 países con una información que responde a unos derechos tan cuestionables como manifiestos, China es capaz de cortar internet a 450 millones de jóvenes internautas con un simple gesto de obscura dictadura donde no cabe ningún tipo de derecho. Occidente pone los reparos allí donde sus intereses se ven amenazados y no siente el más mínimo pudor practicando esta hipócrita doble moral de geoestratégicas infamias. ¿A quién queremos engañar? La amenaza está en el hambre y en la injusticia y ningún camino que represente una salida a ellas puede ser cuestionado solo porque ponga en peligro a esta aparente estabilidad sustentada en los desequilibrios. El olor a pútrida superioridad de nuestro civilizado bienestar es un preludio de su inevitable decadencia. El miedo, sólo un síntoma.
    Un saludo.

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  5. Comparto contigo Antonia, el razonamiento, también en lo que respecta a la mujer, primera víctima de esa necedad con rostro de verdugo a la que gustan adorar.
    La necesidad de que entendamos que la idea de dios habita en el hombre es inmensa, tanto como la de creer en dios para ignorar al hombre.
    Muchas gracias amiga por pasarte por aquí y por regalarme tan sabida reflexión.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  6. Manuel, no puedo sino estar de acuerdo con el contenido de tu reflexión. También en el optimismo con que saludas el amanecer de estos hombres a una realidad más justa, la que sin duda les permitirá visualizarse y visualizarnos desde una perspectiva más próxima y sin duda fraternal.
    Recibe un fraternal abrazo

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  7. Hermoso deseo César, muy hermoso, también el hecho de saberte hombre de fe en cuestiones de humanidad, tenemos que tenerla, nos la debemos, se la debemos a los demás.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  8. FJavier, el miedo es en este caso el síntoma de la culpa, la que sentimos, nadie mejor que nosotros sabemos que no son imposibles sino que los hemos hecho imposibles, porque no les hemos dejado otra salida ni quizá entrada.
    Interesante reflexión amigo.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  9. El reto de intentar establecer en un país árabe y musulmán un sistema democrático es peliagudo y debe apoyarse, creo, a los que quieran eso, nunca a los fundamentalista que buscan, como en el Irán del sha, la excusa para implantar su tiranía, a mi juicio, mil veces pero. Saludos bloggeros José Alfonso

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  10. Tú lo has dicho amigo, a tu juicio, pero, ¿y el de ellos? Quizá, digo sólo quizá, tengan que desengañarse de que un mal dios puede ser infinitamente peor que un mal hombre.
    Es un placer tenerte por aquí.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  11. "Un mal dios es peor que un mal hombre". Tal vez no haya dios, ni malo ni bueno, sin su herramienta: un hombre sometido, convencido, irracionalmente resuelto a lo que sea.
    Muy interesantes tus textos Fon. A la altura siempre.
    Un tiempo sin barricadas es un tiempo de brechas en las que pelear, que restañar. Tú lo haces con responsabilidad y acierto. Promueves el diálogo, la única forma posible de llegar a algo.
    Aunque a veces echo en falta (en general, en los esfuerzos dignos, digo), más construcción y menos análisis. Más propuesta y menos denuncia.
    Un abrazo grande.

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  12. Querido hermano, la razón te asiste en la nítida percepción de un dios hecho a imagen y semejanza de la tuerca de nuestras pasiones, altas y bajas, mejor, hermosas y brutales. Hemos de reconocer que en el quehacer de la poesía, pongo por ejemplo, se han descrito dioses con una majestuosidad impropia de la utilidad y de lo útil que no sean.
    Tiempo sin barricadas, tiempo de brechas, que visión tan lúcida de la realidad. Nada se detiene, nada parece detenerse, todo es movimiento, todo ese sensación de vértigo, eso sí sin referencias, sin orientación, sin idea cabal de a donde vamos ni tampoco a donde queremos ir.
    Respecto a la construcción y a la denuncia decirte que quizá habite ahí el principio de la respuesta, la que haga de verdad el diálogo, porque sólo desde esa necesidad podemos alcanzar el mínimo de acuerdo. Y eso sólo se puede alcanzar si todos y cada uno de nosotros es capaz de aportar algo más que un grito de horror, un grito de creación de compromiso.
    Recibe un fraternal abrazo.

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