lunes, 31 de mayo de 2010

LA CRISÁLIDA



La crisis mundial en que vivimos tiene nombre propio en cada país, aquí debería llamarse crisálida, por el estado de quiescencia a que nos aboca el largo proceso metamórfico en que nos hallamos inmersos en el esfuerzo de constituirnos, o, cuando menos, definirnos de una vez como País.
La bronca dentro del capullo es ensordecedora. Y es que todas las comunidades en que está dividida España se postulan para ser la mariposa de sus sueños o el sueño de sus mariposas. El esfuerzo nos extravía y arruina como ciudadanos y como pueblo, impidiéndonos constituirnos en una sociedad moderna y capaz de afrontar los retos que el futuro nos plantea.
Podemos, por tanto, efectuar drásticos recortes presupuestarios a fin de remediar la deuda y sanear las cuentas, pero con ello no vamos a dar una solución definitiva al problema del que de verdad depende nuestro acceso y permanencia entre los estado soberanos, con peso específico y merecedores de respeto.

Urge pues que abandonemos el estado crisálida en que nos hallamos atascados para alcanzar el estado adulto en el que la historia nos reclama. En una palabra, es vital dejar cuanto antes atrás ese mariposear oculto del ego patrio al egoísmo patriótico para el sano esfuerzo de emerger sin complejos a la realidad que sin duda nos exige unidos para un esfuerzo que transcienda lo meramente ancestral, que encarna siempre la posibilidad, para situarnos por fin en la exacta medida de lo posible.

6 comentarios:

  1. Reflexión, D. José Alfonso, desde la realidad de las cosas por sus causas últimas vistas a la luz de la razón. Algo así dicen que es la filosofía. Le comentaba a nuestro amigo el Sr. Francés en su espacio que debido a nuestros complejos y miedos aceptamos autonomías y leyes que no soportarían, vistas las circunstancias actuales, a las que tenían obligación de mirar nuestros gobernantes como ahora tenemos obligación de velar por las generaciones futuras, no soportarían digo la mirada profunda con que usted las disecciona. Cada oveja tira para su redil y no hay perro que las converja. Y en esas estamos, en la inmadurez de los gobiernos y también de la sociedad. Nadie se ha atrevido a decir que para comer caldo hay que plantar berzas y si quieres echarle unto, has de tener cerdo. Aquí queremos que nos maten el cerdo y que las berzas nos las traigan de los jardines de Bruselas, pero allí hay coles y no hacen buen caldo. O te las cobran.

    Esperemos, Sr. P. Seguín que la crisálida se haga adulta después de este tórrido verano que nos espera y que todos comprendamos que la vida es un juego, pero los juegos son muy serios y tienen reglas que si las violas incurres en renuncios. Triunfan bastos.

    Saludos cordiales.

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  2. Sr. Seguín!!

    La cosa es harto compleja. Bien sabe que en la historia ibérica sólo brazos de pulso fuerte han sido capaces de unificar las tribus. Y ese tipo de brazo casa mal con la democracia...aunque sea de las chungas como la nuestra.

    Yo apostaría por invitar (ejem...obligar) a las repúblicas confederadas a autofinanciar los "servicios" que prestan. Bien pudiera ser que ante esa "ténebre" perspectiva fuera volviendo el sentido común a las cabezas enloquecidas de la gente (la gente...no los políticos)

    Un saludo!!

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  3. Estimado César
    Permítame que cedan a la tentación de repetir sus palabras en mi respuesta por cabales y sencillas, frente a la complicada peripecia en que se embarca mi reflexión al respecto.

    “Nadie se ha atrevido a decir que para comer caldo hay que plantar berzas y si quieres echarle unto, has de tener cerdo. Aquí queremos que nos maten el cerdo y que las berzas nos las traigan de los jardines de Bruselas, pero allí hay coles y no hacen buen caldo. O te las cobran.”
    Estoy como ve, totalmente de acuerdo con Ud. y como Ud. espero que no triunfen bastos sino copas con las que brindar por la convivencia.
    Gracias amigo por sus cariñosas palabras.
    Reciba Ud. y los suyos un fraternal saludo.

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  4. Estimado Atila el Huno:
    Apartándonos de los brazos de pulso fuerte a que Ud. alude y que con buen criterio señala fuera del más elemental sentido democrático, valoro como muy positiva y llena de sentido común su propuesta, es decir, llenar de contenido este vacío de idiotas con cargo, para que el pueblo conozca el coste de tal dispendio. Pues, efectivamente, los políticos no van a mover un dedo a favor de restarse oportunidades en la tarea de colocar a los suyos, lacayos de ellos reyezuelos de sus pueblos.
    Gracias amigo por su visita y por su sabia reflexión.
    Reciba un fraternal abrazo.

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  5. Un oasis de serenidad reflexiva el suyo. Le admiro, D. José Alfonso.

    Y, ahora, una pregunta, ¿está usted en Sevilla o me equivoco de amigo?

    Un saludo muy cordial.

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  6. Un placer tener tenerle por este humilde lugar, y muchas gracias, como no, por el cariño de sus palabras.
    Respecto a mi ubicación he de decirle que no estoy en Sevilla, estoy más al norte, por lo que deduzco que de equivoca de persona pero no de amigo, aquí tiene uno, no lo dude, uno que desubicado y todo le sigue, respeta y admira.
    Reciba un fraternal abrazo.

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