jueves, 29 de julio de 2010

MIEDO A CONCIENCIA



La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se halla inmersa en una huelga de bolígrafos caídos, en vez de denunciar informan. Esta civilizada forma de protesta ha sido calificada de salvaje. Inconcebible, siempre hemos criticado el carácter recaudatorio de su cometido y apostado por orientar su quehacer profesional hacia áreas de información y prevención, y ahora que lo ponen en práctica nos escandalizamos y no dudamos en calificarlo de intolerable. Sin embargo, juzgamos civilizado que los agentes se vean en la obligación de aplicar un cuadro de sanciones desproporcionado, que merma en su justa mitad el salario de un trabajador por el hecho de rebasar levemente el límite de velocidad establecido. Rebajada la cuantía en su justa mitad siempre que pagues en un plazo de veinte días y renuncias a formular alegaciones y recursos. La conciencia del legislador tiende a ser, como se ve, recaudatoria y coactiva.
De todos modos no quisiera enturbiar el ensalzado proceso de concienciación ciudadana, que según políticos y medios de comunicación nos ha llevado a comportarnos de forma responsable al volante. Yo en particular confieso que conduzco con más miedo que conciencia, tanto que a menudo transito atenazado por el estado de terror a que induce ese estado de mala conciencia. Y es que sólo reconozco como conciencia esa que me dice, debería preocuparte más la posibilidad de causar un accidente que la presencia de un radar.

2 comentarios:

  1. Aconsejando e informando, cumplen con la función de guardias de lo civil. En lo otro, en las sanciones, son guardias de aduanas o de hacienda; en la disculpa del bien de la sociedad encuentran el filón para restañar las rendijas del arca del estado a costa de lo que bien dices, del miedo. No del miedo a las lesiones al prójimo sino a tu propia bolsa.
    Como siempre y aún en las pequeñas cosas cotidianas, o no tan pequeñas, dejas motivo para pensar.

    Saludos desde la estepa orensana.

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  2. Atarse en estos días de tremendo sofoco a la prosa y aún más al teclado supone todo un reto que te agradezco amigo infinitamente.
    Te agradezco infinitamente tu visita y cómo no tus sabias reflexiones.
    Recibe un fraternal saludo.

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