martes, 3 de agosto de 2010

EJEMPLO Y EJEMPLARIDAD



Con mejor o peor tino nos vamos vacunando de todas las fiestas bárbaras, menos de esa eterna inclinación nuestra a la prohibición. Para qué concienciar o convencer si se puede prohibir aquello que nos escandaliza, o eso que hemos logrado convertir en escandaloso con el único fin de adquirir a través de esa inocua lucha relevancia social y sosiego personal. En una palabra, convertirnos en ciudadanos ejemplares defendiendo una causa esencialmente teatral en la que lo simbólico desborda lo meramente racional. En la defensa del toro, también en la del toreo, observo con preocupación el desarrollo de un misticismo que trasciende la esfera de lo individual para convertirse en una más de esas estériles contiendas sociales con las que acallamos las conciencias que nos exigen en la defensa de esenciales derechos y libertades que son vulnerados con toda impunidad y sin encontrar apenas resistencia.
Del peligro del faso ejemplar ya advirtió Ortega, y en verdad lo es, por esa afición suya a agigantar la causa con el único fin de hacerse él de esa justa medida y sentirse dentro de ella importante.
En el sabio manejo del escándalo y el rédito político han salvado el toro para un mundo en el que ya no tendrá sentido, no seré yo pues quien me sienta más civilizado porque sé que de estas heroicas gestas sólo obtienen beneficio aquellos que gustan del traje de luces y se lucen en las plazas que ocupan esta suerte de escandalizados.

3 comentarios:

  1. Amigo, nunca nos podrán prohibir "A rapa das bestas" porque es una fiesta plena de generosidad en donde únicamente el peligro es del humano. La bestia sólo recibe la recompensa de aliviar su carga de pelo aligerando así los calores del verano. No hay maltrato alguno, sino pasión y amor apasionado pero sin sexo. Por lo cual estamos libres de pecado y podemos gritar abiertamente que nuestras bestias son las mejor tratadas.
    El día que consigamos imprimirle el valor añadido de la fiesta, del turismo y del espectáculo, y en ello estamos, suplirá con creces a esa otra orgía de sangre y , dicen, de arte.

    Acabaremos instaurando "a ferradura do porco celta".

    Saludos!

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  2. Todo se andará sino nos bajamos pronto del andador.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  3. Estoy de acuerdo en que éste debate, tiene mucho de teatral. Pero la política es así, no nos sorpendamos. Yo, voy algunas veces, a los toros, pero en el toro, casi, ni me fijo, lo que me fascina es ver a un hombre, que se juega la vida, a cambio de unos aplausos (y una pasta). El espectáculo consiste en eso:
    pueder ver morir a un hombre, colocado en una postura de ballet.

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