lunes, 9 de agosto de 2010
TIGRESAS Y MINISTROS
El gobierno, de la mano del ministro de interior se dispone a dividir a ETA debilitando el Estado de Derecho, porque, es cierto, las deserciones siembran el desanimo en sus filas, pero cuando estamos hablando de rebajar condenas y otorgar permisos que aún no corresponden, quizá no se estén produciendo deserciones sino que los miembros de la banda estén actúan dentro de una estrategia perfectamente planificada y orquestada con un único fin, poner en libertad o en disposición de disfrutar de beneficios penitenciarios a muchos de sus más sanguinarios miembros.
La aspiración de terminar con ETA es, además de legítima y necesaria, una mala tentación electoral, a qué partido no le gustaría lucir esa bandera. Pero cuidado con el precio a pagar, y es que puede darse el caso que sea más lo que perdamos que lo que ganemos, porque está en juego el respeto a algo más sagrado aún que la ley, el espíritu que la anima y por la que si merece luchar y morir: la dignidad, la justicia y la libertad, en su defensa han muerto cientos de hombres y mujeres que sin duda alguna nos representan, no en vano en ellos fuimos asesinados, en medida, todos.
La tentación es atarse a la paz por la paz y oficiar de tolerantes con esos que no lo han sido, en esa mascarada ciframos hoy nuestro prestigio democrático, de ahí sus histriónicas maneras y su memorizar a conveniencia. Y es que por el momento ellos avanzan en derechos y nosotros en renuncias.
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Y es que no vale todo a cualquier precio, efectivamente. Si hemos de cargarnos de dignidad no podemos vencer de cualquier manera.
ResponderEliminarEs una clara reflexión la tuya, demasiado pesada para seguir incididiendo en ella en estos tórridos días de asueto. Pero conviene que se oigan voces que les recuerde que el voto no lo justifica todo.
De acuerdo de la A a la Zeta, que no sea sólo conceder, que el precio sea al menos toda la justicia. No sólo la puntita.
Saludos axfisiantes.
Pues yo, perdona, pero discrepo. Dices que quizá ésto sea una estrategia de ETA. Bueno quizá si, o quizá no. Yo no lo sé, y supongo que el ministro del interior está mejor informado que yo. Más adelante dices que el problema es el precio, y luego hablas de algo sagrado(?) por lo que si merece luchar y morir. Perdona, pero yo no estoy dispuesto a morir por ninguna idea, por maravillosa que sea. Por eso estoy en contra de ETA, porque ellos hacen eso, matar o morir por una idea.
ResponderEliminarQuerido Manuel, cada uno es libre de dar o no su vida por la libertad absoluta o por cualquier otra idea, pero no es libre para quitar la vida por un pedazo de tierra que ya tienen. De todos modos, cuando no haya ideales por los que merezca la pena dar la vida, habremos conseguido la perfecta armonía entre nosotros.
ResponderEliminarSe trata, me parece, de que por apuntarse un tanto los políticos puedan debilitar el estado de derecho y sobre todo molestar la sensibilidad de la sociedad que debe saber el porqué de las cosas; si somos una sociedad adulta, sabremos aceptar las explicaciones. Como tú bien dices el ministro tiene más información, pero el problema es que puede no tenerla, no sería raro. Es una cuestión de confianza y la realidad es que es muy poca con la que cuentan. Puede que la avaricia de levantar esa bandera no les dejen ver los árboles que van talando.
Saludos cordiales.
Yo tampoco estoy por dar prebendas y rebajar condenas. Ellos han matado y nosotros les rebajamos las condenas.Ellos no concedieron ni un dercho a la víctima y de forma irreversible y nosotros aquí haciéndoles la vida más dulce..
ResponderEliminarNo, no es ni siquiera saludable conseguir una debilitación de Eta tolerando mientras ellos ejercen de asesinos. Y para mi es tan asesino el que pone el dedo en el revolver como el que pertenece a sus filas porque si uno se da cuenta que han atropellado a una persona y se ha dado a la fuga el que atropella y a su vez el que observa mira para otro lado y regresa a su casa,dejando al herido morir,es tan culpable uno como el otro. Al enemigo, lo siento, ni agua. Y además a veces no entiendo por qué se le tiene que perdonar, aunque no sea políticamente correcto, yo no entiendo en muchos casos el perdón a un asesino. Podría perdonar un muerto, víctima de ETA, decir que perdona al que le quita TODO para siempre?? si fuera yo no lo perdonaría jamás.
Admirables palabras nacidas de una conciencia libre, que en libertad expresa su cordura. A día de hoy lo fácil es dejarse llevar por la corriente y hablar de paz y perdón, hablar en el fondo y en la forma de mentiras y no porque no exista el deseo de paz y la necesidad de perdón sino porque ambos son hijos de la sinceridad, de la valentía, de la honestidad, del amor, el respeto, es decir, de lo mejor de nosotros y no pueden ni deben ser sometidos a la oportunidad, al miedo o cualquier otra cobardía, hemos de defendernos de esa tentación como tú lo haces amiga.
ResponderEliminarRecibe un fraternal abrazo.
Estimado Manuel Aldert, entiendo que sin dignidad, sin justicia y sin libertad no se puede vivir porque esas no son ideas y aún menos ocurrencias patrias, sino espacios vitales y esenciales en donde respirar y amar reconociéndonos, en donde forjar palabras exactas con las que elevarnos y también inexactas miserias sobre las que derribarnos en toda la extensión de nuestras humana condición. Lo que yo defiendo amigo no es un territorio, ni una lengua, aún menos una ambición es el aire que conmueve el alama, ese el aliento íntimo y profundo que nos obliga más allá de la razón y de lo razonable, es instinto puro y en su pureza resuelto a ser defendido desde la consciencia y también desde la inconsciencia. Esto que afirmo está inscrito en la genética de hombres y bestias.
ResponderEliminarRecibe un fraternal abrazo.