lunes, 13 de diciembre de 2010

SENSACIÓN DE SABER



Las revelaciones de WikiLeaks van camino de convertirse en una gigantesca estafa informativa, que pondrá fin a la ya maltrecha credibilidad de la noticia, de la fuente, del redactor y del medio.

Nadie podrá negar que no se veía venir, que La Red es un medio de información de masas tendente a confundirlo todo. Y como tal, el idóneo para acometer una campaña de desinformación por saturación de esta envergadura. La consigna, en lo elemental, es: No prohíbas decir, no te importe lo que digan, deja decir, deja que digan, es más, di, para que sea tanto lo dicho que nadie se escandalice cuando se diga algo de eso que de verdad no se debe decir ni conocer.

El instrumento ya existe, viene ahora la música, sin dosificar, en tromba y por temas: guerra de Irak, guerra de Afganistán, cotilleos de las cancillerías imperiales respecto a sus súbditos…

Por fin lo sabemos todo, eso pensamos, la sensación no puede ser otra. Bien, y ahora qué, esperar nuevas delaciones, más morbosas, escandalosas y delictuosas, sólo eso. Nada nuevo, formato, programa del corazón, pero con asuntos de estado.

Su efecto sedante nos ha de llevar a interesarnos en igual medida por los cuernos del famoso de turno, que por la cornada a los derechos humanos del turno político.

No digo que no importe saber, menos aún que no sea necesario, digo sólo que esto no es forma de conocer, y que no se hace para que conozcamos y entendamos sino para que aprendamos a ignorar.

8 comentarios:

  1. No me digas que no son interesantes las revelaciones!
    Anda que no me he reido imaginando al mimosín de Moratinos abroncando en su despacho a los embajadores y estos, incrédulos y ofendidos dándose media vuelta acordándose de la concha de su madre (de Moratinos).

    Ya no sabe uno que pensar, amigo. ¿Nos estarán dando pan para que no pidamos chorizo?
    Esto de la información (también) se está convirtiendo en un circo en donde los payasos corren unos detrás de otros aunque uno ya puede aventurar como acabará la cosa. Nunca sabremos, no osbtante, a ciencia cierta si somos informados o somos vehículos de desinformación. No tenemos tiempo de asimilar tanto acontecimiento a la vez y cuando eso ocurre, dejas de informarte, que presumo que es lo que desean los poderes.

    Me recuerda a la máquina de picar la carne de los chorizos que si le metes demasiada "embaza" y hay que desatascarla y clasificarla.
    Qué cansado es estar informado!

    De todos modos, nada nuevo bajo el sol. Ahora matamos más sofisticadamente, pero nunca hemos dejado de matar y de joder. Con perdón.
    El que no lo sepamos, no nos priva de estar seguros.

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  2. Alguien dirá con razón que la red necesita control para evitar estos desmanes. Y los censores reconducirán cualquier inexactitud o iniciativa impropia por los canales de lo conveniente y saludable. Por nuestro bien. Me temo que ya irremediable.
    Personalmente, prefiero encontrar páginas de absurdas magias que desautorizan a la ciencia médica que estar empachado por pensamientos únicos de tecnicismos en evidencias contrastadas. El antídoto, la educación.
    Porque hoy en día el mundo cabe en un pendrive, recorre los hogares en un clic, se reconvierte en multimedia y se dimensiona en la hiperrealidad y eso nos tienta a la imperiosa necesidad de escribir la historia en tiempo presente y mostrarla como evidencia pretérita. Cuestión de economía de mercado, porque al final todo depende de la confianza que nos otorgue el capital.
    Puede que me lie absurdamente.
    En fin. En un mundo tan deliberadamente confuso, superficial y atropellado, pienso que es de agradecer cualquier iniciativa reveladora que invite al descreimiento. Ante ello, la inercia del pensamiento fácil parece tomarse un respiro, si no para la reflexión, sí al menos para el escepticismo. Eso es semilla de esperanza.
    Ese hombre, que parece responsable de haber puesto en evidencia la hipocresía políticamente correcta de los amos de nuestro destino colectivo, no dispone de espacio para la gloria. Aunque su iniciativa aporte valor añadido a la apariencia de la realidad, su osada valentía le costará la hoguera de la inquisición civilizada. Será un ladrón, un mentiroso o un violador. O todo ello. Me temo.

    Bienvenida la defensa de eso que representa.

    Un cordial saludo.

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  3. El problema César radica ahí, en que no se nos da tiempo a procesar toda la información. El ejemplo de la máquina de picar carne lo escenifica a la perfección. Como a la perfección escenifica tu impagable punto irónico, cuando afirmas sin despeinarte: “¡Qué cansado es estar informado!” Cuanta razón tienes amigo, que cansancio acarrea tanto saber sin saber y sin querer saber y aún así sabiéndolo.
    De momento me quedo con la duda, ese saber tan nuestro, que nos lleva a dar a nuestro interlocutor una pregunta por respuesta, y que tan denostado es, cuando no rebela sin el explicito reconocimiento de la eterna duda que nos embarga. ¿Cómo estas?, nos preguntan y nosotros respondemos en el legítimo afán de saber, ¿y tú? Y él otro te responde, si hay confianza, yo pregunte primero, y tú piensas, pero no antes de que yo dudara sobre cómo estoy y como estas tú, pero responder sólo le respondes, es sólo por saber. Y él te dice, estoy bien, y tú añades pues mejor. Y él aprovecha para repetir la pregunta, ¿y tú?, y tú le respondes, ¡bueno!
    Gracias por la visita y tan inteligente respuesta.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  4. Cuando se denuncian asuntos tan graves deberíamos hacerlo con la gravedad que exigen. La estupidez e hipocresía de los políticos de turno no es grave, es endémica e insustancial en el fondo y en la forma. Los crímenes de estado, las atrocidades que se cometen en los frentes de batalla, los abusos y violaciones de los más elementales derechos humanos, merecen a mi juicio un tratamiento más detenido, y más efectivo. Deberían presentarse en los tribunales nacionales e internacionales, formalizados en denuncias y no convertirlos en simple género de almoneda.
    Su hoguera me temo va a ser la de la vanidad, su inquisición ejercer de Torquemada y no de ciudadano. Su ejemplo habría sido ejemplar y lo será cuando acometa esa sana y necesaria acción a través de los cauces legales y sin permitir que se confundan asesinatos con cotilleos y ocurrencias con violencias intolerables.
    Si no quieres ser como ellos no actúes como ellos.
    “…y eso nos tienta a la imperiosa necesidad de escribir la historia en tiempo presente y mostrarla como evidencia pretérita.” Esta frase tuya vele más que todo mí argumentarlo.

    Gracias Javier por tu reflexión intensa, inteligente y sin duda necesaria.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  5. Nada me gustaría más que saber que la felicidad te ahoga y que estás preparado para bracear en ella y abrazarla.

    Fraternales abrazos.

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  6. Entre en el blog, y al leer tu respuesta, me quedé parado, suspendido en tus palabras, a medio camino entre no entenderlas y no querer dejar de hacerlo. Como hacerlo, ese es hermoso el deseo, como hermoso es el pulso de quien lo guía.
    Más tarde, pensé, es bonito esto de entrar y decirle al amigo algo capaz de animarlo. Algo que te pase por la cabeza y sin necesidad de que no tenga mucho que ver con eso de lo que él habla con gesto grave.
    Más tarde entre en el blog de G. Francés y supe que me había distinguido con el premio Mármol, y entendí el motivo de tus palabras. Pero aún así preferí pensar que habías pasado por aquí y me habías dicho algo cariñoso por aquello de hacerme saber que puedo saberte ahí. Yo estoy aquí.
    No quiero que entiendas esto como un reproche, es sólo, confianza, la de poder decirte que de los dos agradecimientos me quedó con el origen del primero, porque no me negaras que si es bonito que te feliciten por algo, no lo es menos el que lo hagan por nada.
    Gracias amigo, infinitas gracias.

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  7. Nada tiene que ver mi saludo con fríos mármoles, sino con el deseo de saberte bien, tal vez desarmado por la proximidad de las fechas que se avecinan. A veces es difícil transitar por la delgada línea de la discrección; quería, solo eso, tanto como eso, desearte felicidad para tí y todos los tuyos.

    Saludos!

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  8. Saberlo me alegra el corazón, porque confirma mi primera impresión, y es en ella como te dije en la que halle consuelo y sentí mayor agradecimiento.
    Disculpa amigo mi torpeza y recibe mis mejores deseo para ti y para tu magnífica familia.
    Estas amigo, son fecha que se atrincheran en la niñez, quizá sólo porque allí éramos tantos que nada nos faltaba aunque nos faltase de todo.
    Recibe un fraternal abrazo.

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