martes, 15 de marzo de 2011

COSMGONÍA DE LA USURA (Teoría del eterno retorno)


En un principio fue la usura, de ella nacieron los bancos, a fin de dignificarla confiriéndole aires de virtud. Poniendo el énfasis en el importante papel que desempeñan como elementos dinamizadores del sistema económico. En este proceso de sacralización excluyeron de sus planes estratégicos a todos aquellos ciudadanos menos pudientes, la mayoría. Dirigiendo su acción hacia los sectores sociales que pese a su carácter minoritario atesoraban la mayor parte de las riquezas del país. De ese desamparo fueron testigos las distinguidas sucursales, a ellas se les encomendó hacerles saber a esas gentes que aquel no era lugar para pobres, mostrándoles sin cuidado alguno que su presencia allí resultaba sino grosera, si inadecuada. Condenándolos a seguir en las manos de prestamistas o recurrir a los Montes de Piedad, donde obtener financiación a través de una suerte de mal trueque llamado empeño.

Estas entidades fueron derivando con el paso del tiempo en cajas de ahorro, una vez que las familias tuvieron la oportunidad de salir de la economía de subsistencia en que vivían para pasar a gestionar su hambre en aras del ahorro, es decir, que pudieron elegir privarse, como siempre, pero ahora por voluntad propia a fin sanear y asegurar sus maltrechas haciendas.

Ahorro humilde y disperso que necesitaba de una infraestructura adecuada para ser debidamente rentabilizado, la que le brindaron las cajas. Ellas fueron las encargadas de gestionarlo, y lo hicieron, al menos inicialmente, con un fuerte contenido social. Promocionando viviendas para familias con escasos recursos, otorgándoles becas, concediéndoles préstamos, repartiendo premios…, haciendo, en fin, realidad los humildes sueños de tan humildes ahorradores.

Pero el dinero termina por mancharlo todo, eso sí, con tal limpieza que no puedes observar el proceso sino como un avance, que en este caso se exteriorizó en el estilismo de sus oficinas en la nítida voluntad de irse asemejando a las de los bancos. Igualdad que se fue trasladando a su andadura financiera, comenzando a competir con ellos, y lo que es peor, a comportarse como ellos. Momento en el que se dio el segundo paso visible en esa dirección, y es que en una diestra maniobra sustrajeron su faz social de su medio natural, la calle, para encerrarla en lujosos edificios donde se realizan actos culturales de un contenido altamente elitista.

A la fatal deriva vino a ponerle el broche del desconsuelo el hecho de que sus directivas fuesen abordadas por los clanes políticos locales y autonómicos, que vieron en ellas una fuente inagotable de recursos y de posibilidades para sus malabarismos electorales. En este infausto festín se fueron extraviando todas ellas en un proceso de desgobierno que a la que no quebró la puso en peligro de hacerlo.

Ante este descalabro el gobierno central ha ordenando, como primera medida, su reducción por la vía de las fusiones. Para a continuación ultimarlas imponiéndoles un plazo relativamente corto para que o bien se constituyan en bancos o bien saneen sus cuentas, bajo la amenaza de ser intervenidas, es decir, controladas por representantes del gobierno. En una palabra, que se le va a dar por solución aquello que las llevó a la crítica situación en que se hallan.

La idea que subyace, entiendo, es que en estos tiempos en los que por desgracia falta el trabajo y los salarios son del tamaño exacto del hambre, me refiero a la necesidades básicas de individuos y familias, estas entidades desaparezcan para que los pobres se vean en la necesidad de acudir a prestamistas y Montes de Piedad, o casas de empeño, o de venta de oro, donde se les va a dar crédito en función del valor que tengan los objetos que allí vendan o dejen en depósito.

De ese modo el sistema bancario se hallará a salvo de menesterosos y pedigüeños, más conocidos en los EE.UU con el acrónimo de NINJA (no trabajo, no ingreso, ningún activo). Individuos a los que ilustres economistas han responsabilizado de la crisis. A alguno de ellos, como es el caso de Leopoldo Abadía, la acusación no sólo le fue jaleada con entusiasmo, hasta por los aludidos, sin que le reporto fama y dinero. Pese a que no evidencia si no una obviedad, pues entra dentro de toda lógica que no pueda cumplir con el contrato aquel que habiéndolo firmado estando trabajando, tiene que hacerle frente habiéndolo perdido y viéndose en la calle sin ingreso alguno y sin otro activo que su deuda. Mostrándose más cínico al razonar que las verdaderas víctimas fueron las entidades de crédito, pese a que fueron ellas quienes le valoraron el bien, a expensas de éste, ellas quienes pusieron las normas y ellas quienes en cuanto surgieron los problemas cortaron los créditos a familias y empresas. En fin, que el Señor Abadía, se limitó a pronunciar en alto lo visible, a la par que pretendía ayudarnos a visualizar lo invisible. Eso sí, con notable descaro, de ahí su fama.

Y con este descenso de las clases bajas a su lugar natural entre prestamistas de pésima calaña y casas de empeño de mala fama, se cierra el ciclo cosmogónico de la usura, dando por buena la Nietzscheana teoría del eterno retorno.

13 comentarios:

  1. ¿Será la perplejidad y el vértigo que sentimos ante la inoperancia de la evidencia lo que nos mueve a buscar consuelo entre la maltrecha lógica?

    ¿Será parte de ese instinto creador del hombre en lucha contra la entropía que representa la muerte?

    El desorden que amenaza la coherencia como un atroz tsunami no sólo pone en peligro un tipo de vida, desorganiza la naturaleza misma donde reside la esencia más humana del hombre y le devuelve a un océano plasmático previo al pensamiento.

    Cuando el asesino es puesto en libertad y decimos que hay justicia, cuando el trabajador es puesto en la calle y decimos que existe el derecho, cuando los ahorros de toda una vida desaparecen y es culpa del invisible mercado financiero, cuando la esperanza en el futuro y la confianza en el presente pertenecen a otros y se nos habla de patrimonio, cuando los máximos defensores de los principios universales se muestran inoperantes ante la infamia más cercana y nos hablan de ética, en suma, cuando el individuo no existe para el individuo, dentro de un sistema especular que nos devuelve la imagen de un espejismo, la psicosis social nos empuja ineludiblemente al suicidio social.

    Su lúcido razonamiento vuelve a insistirme: “hay personas con talento para el cambio, hay esperanza”. Pero, ¿dónde? ¿Dónde mirar?

    Me fascina la vida como espectador, pero me confunde como actor.
    Gracias por enriquecer ambos mundos con sus palabras.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Maestro!!

    Quizá no suene bien lo de ninja...pero no me negará que desde los años 50 en USA y los 70 en Europa, los trabajadores han perdido el culo, y el horizonte, intentando ser burgueses.

    Aunque nada nuevo bajo el Sol. Ya Plantón excluía de la dirección política a la masa "concupiscente", masa agarrotada por un caos desordenado de necesidades materiales para nada objetivas.

    Somos como éramos y seremos...siempre...con Cajas, Bancos o sin ellos. Seguimos como seguíamos y seguiremos, indefectiblemente, la senda que nos marca el macho alfa...llámese Dios, Patria o Capital...o Soviet Supremo.

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  3. Hay veces que me pregunto: ¿por qué ha triunfado el capitalismo en la tercera guerra (fria, eso si) mundial? Pues porque el capitalismo es más "natural", se acerca más a la esencia de cómo somos los humanos. Joan Fuster, decía: "la abolición de la propiedad privada, choca con un obstáculo difícil: la capacidad prénsil de la mano". Por desgracia es así, la solidaridad no es algo natural, se ha de aprender. El mundo está dividido básicamente, en los fuertes (que casi siempre abusan) y en los débiles (que sufrimos los abusos)

    ResponderEliminar
  4. Me parece que has hecho un análisis de la historia de la usura genial. La bancalizacion de las cajas creo que actualmente tampoco supone una gran desgracia, ya que últimamente las cajas estaban ya haciendo negocio redondo también del pequeño ahorrador. Yo tengo una mala impresión de los usureros, de las cajas y de los bancos, casi sin distinción...de todos ellos! y aunque las cajas hayan financiado actos sociales pero son implacables sus actos y fríos en cuanto a su cálculo.Si no tienes , no eres nada. Y cuanto más ha crecido una caja , pongamos que en Catalunya ha crecido una de ellas como si hubiera sido regada con algo mágico, más ha sabido exprimir el limón y ser implacable, por ello tiene sucursales hasta en las antípodas. Te podría dar detalles que aborrezco que muestran el grado de frialdad, crueldad y usura..pero como dice Manuel , el individuo de forma natural tiende a depredador y a competitivo, para compartir hay que hacer un esfuerzo con el corazón de uno y alejarse de su instinto y los negocios nunca han ido de la mano del corazón.
    Un abrazo !

    ResponderEliminar
  5. Estimado, FJavier, uno de los actos principales de la vida es mirar, a día de hoy infravalorado, porque hoy se nos exige siempre en un primer plano, siempre en primera fila, de ahí la tendencia que tenemos a correr sin saber muy bien para qué y por qué, en el sólo afán de llegar, de ser primero o cuando menos de estar allí. Sin embargo, intuyo que la verdad se esconde en saber mirar en uno mismo y en los demás, porque en ese saber se esconde ese secreto, nacido para no ser jamás desvelado, que es la sabiduría (curiosidad).
    La fascinación en el indagar es un magnífico síntoma de nuestra salud intelectual, como también lo es el desasosiego a que necesariamente nos impele la acción, no en vano de ella va a ser testigo otros que la han de hallar razonable para que finalmente les resulte fascinante y no anodina u odiosa.
    Tus dudas, intuiciones y certezas son parte de tu parte actora en el ejercicio de mirar en ti sin dejar de mirare en mí, luego son, también, acción. Quiero decir, que ambos estamos en este acto compartido haciendo algo más que observar, estamos actuando. Ocurre que la apariencia de la demanda social consentida nos haga sentir este sano flujo de ideas como algo carente de sentido, como un mero lamentarse, cuando no es así, porque no buscamos en ello beneficio sino entender, y en ese entender la concordia y antes aún y siempre primero la ausencia de injusticia en nosotros en los demás.
    Gracias por tu visita y por tu tiempo.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Bien se ve que no mueve tu intelecto el mismo viento que mueve el del señor Leopoldo, porque una cosa es la insana carrera hacia la comodidad burguesa, esa que denuncias, alma, por otra parte, del almario del sistema capitalista, y otra muy distinta es que jugando a lo mismo se culpe sólo al depredado y no al depredador, y aún menos al sistema que lo estimula y luego lo anula.
    Debiéramos vivir a la vera de otra conciencia, es cierto, pero no teniéndonos sino como somos, como sustraernos a la tentación del maniqueísmo. Cualquier cosa amigo Atila, antes de caer en la desesperanza, esa que produce pensar que al fin los que gobiernan el mundo no son, en su medio que es el nuestro, sino los mejor dotados.
    Creo amigo que no seguimos que sólo competimos y que cuando comprendemos que no está vedado llegar delegamos cobardes en un dios, en una ideología, en una patria, en una lengua…, en lo que sea, que nos permita estar aún en los arrabales del ser.
    Gracias por tu visita y por tu tiempo.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Inteligente la idea de Joan Fuster, efectivamente la capacidad prensil está en el origen de la posesión, pero hay que reconocer que la de esconder la supera, está más elaborada, no en vano nace del intelecto y es como tal capaz de mayores tropelías, voluntad de la que dan fe amén de muebles e inmuebles imaginados a tal fin, la vasta infraestructura institucional y tecnológica que la asiste.
    Estoy contigo Manuel en la idea de que la solidaridad no está en nosotros, que es materia que se ha de aprender y no por imitación sino por convicción.
    En cuanto a los débiles y los fuertes, tengo mis dudas, a menudo ocurre, que al margen de los caídos y levantados de la batalla a que aludía en la respuesta a Atila, que unos gana su tiempo en la tarea de aprender a mirar para entender la necesidad y en ella la imperiosa razón de la solidaridad, y otros dan esa lección por perdida y se centran en ignorar para así disfrutar de lo suyo y de lo de los demás.
    Gracias amigo por tu visita y por tu tiempo.

    ResponderEliminar
  8. El final de tu respuesta da respuesta a todas las mías. Efectivamente, querida Antonia, la cuestión estriba en aprender a diferencias el negocio del ocio, porque a eso a quedado relegado el pensar y con él todo esfuerzo sensitivo en favor de la imaginación, de los sueños en definitiva (así nos va).
    La vida es sueño, lo dicen los poetas y también la vida, pero no queremos oírla, porque la hemos exiliado de nuestra existencia en favor de vivir plenamente este sucedáneo que nos hemos dado a desdén de la naturaleza en loco afán de liberarnos de ella. Y lo hemos hecho no porque se nos antojase asfixiante su presencia en nosotros, sino porque sentimos un día la necesidad de tomar de ella algo más de lo que necesitábamos para vivir.
    Estoy de acuerdo con la poca importancia de las cajas en lo que se refiere a la acción social, es más, son aún peor que los bancos porque viven aún de ese halo solidario que un día las distinguió. En mi reflexión sólo busco dar testimonio de esa maldad.
    Gracias por tu visita, por tu tiempo y tu enorme cariño.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Curiosamente, desde una de las sedes de la Obra Social de Caixa Galicia, leo con admiración como aprietas el botón hacia el modo ON y los rayos de Röentgen que te poseen comienzan a escudriñar por donde la mayoría simplemente rozamos, elaborando un concentrado y esclarecedor estudio económico-Social de nuestro modelo de vida desde los años 50.
    En el objeto social de las Cajas de Ahorros, figura el mandato de derivar un porcentaje de la usura para obras sociales. Idea esta muy conveniente si no se perdiera en los caminos bacheados de personalismos y decisiones partidistas y/o caciquiles. Y en las percepciones retributivas del reparto de la miseria.
    Así pues, con el trascurrir de los años y el sudor del sacrificado "impositor", éste ya no necesita tanto a la caja como ésta a él. Por lo que para ese viaje ya hay trenes suficientes que cobren billete. Porque no se puede esperar piedad alguna de quien te cobra por los favores.
    Ni se puede pagar a nadie por algo que el estado tiene el deber de abordar ya que tiene el monopolio de la usura.
    Saludos cordiales desde el malecón de Orzán.

    ResponderEliminar
  10. Te siento siempre peregrino, será la universalidad que dicen nos adorna a los orensanos, o la necesidad de adornarnos en lo universal sacándole filo, que digo, afilando los días para que no se hagan largas las noches y luego las noches para que no se haga río el rocío y más tarde al rocío para que no se confunda con la lluvia y también a la lluvia para que no llore por nosotros sino la alegría. En fin, que caminas siempre por hermosas sendas, de las que espero nos regales un día un retazo de ese sabio mirar con que tanto adornas amigo.
    Efectivamente Cesar, no hay piedad, sino negocio, y del negocio que se puede esperar sino beneficios y que beneficio puede ofrecer quien negocia con el negocio del hambre, si no de ser si de parecer. Esa, me refiero, que nos tiene hartos de vacío, como a los necios la sola idea del saber.
    La cuestión no habita en cajas si, cajas no, sino en la caja sin resistencia de los resistentes, la solidaridad en la usura que todos nos merecemos ya que la otra la desmerecemos.
    Brille para ti y los tuyos un día luminoso frente a ese mar que imagina en azul. Y más en este en el que no te llamas José, pero si como todos los padres.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Que pases también un día pleno de las sensaciones más agradables que desees. Felicidades!

    ResponderEliminar
  12. Hola, Jose Alfonso, con independencia de estar en parte mayor o menor de acuerdo, qué escritura tan tersa y certera la tuya, qué placer seguir la flecha de tu diagnóstico, un Robin Hood del bosque cibernético.
    Saludos blogueros

    ResponderEliminar
  13. La mirada es siempre imprecisa, la precisión está en mirar, pero mirar me es vedado, de ahí que alargue la mirada buscando mirar.
    Gracias amigo José Antonio por tu visita, tu tiempo y cariño.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar