jueves, 8 de agosto de 2013

“FREEDOM” AMBICIÓN



Desde el elitista circo romano a las más “rata” de las peleas se ha oído en boca de energúmenos el: “¡mata, mata, mata…!  La exigencia  de la sangre derramada, la vida expoliada, la brutalidad consumada.
En estos tiempos de civilidad se ha puesto de moda, a modo de violencia, el “¡dame, dame,…! Pedir es hoy el lapidario mandato de la masa por boca propia o de terceros. Piden los ayuntamientos, las diputaciones, las autonomías, el estado y este a Europa. Piden sin control los ciudadanos a todas ellas, como si en verdad fuesen marcianas y no sus naturales estructuras sociales.
De la mano de la exigencia va el pueblo a la ciudad y de esta a Europa. Vivimos pues en un mundo que se va conformando en torno a urgencias insaciables,en el que el estado que se pergeñe no va a ser sino despojo. Eso es hoy la UE, un pecio por todos reclamado. Una puerta de limosneo. Una trinchera de egoísmo por la que se arrastra un todo pedigüeño y voraz sin conciencia de corresponsabilidad o culpa.
La  Europa de los mercaderes gustamos decir, amigos de lo ajeno y severos guardianes de lo nuestro.
Que Alemania nos dé lo que nosotros nos queremos dar a los pobres. Que el privilegio sea morada de igualdad y el fuero medida de la solidaridad. Que el hecho diferencial sea cuenta de beneficios. Que la lengua frontera. Que lo singular lo universal. Que lo publico también privado. Que podamos gritar sin vergüenza a  modo de liberación “freedomambición”.
José Romero P. Seguín.

1 comentario:

  1. Puede que me equivoque, pero creo que estamos sometidos a una inercia deliberada para depender cada vez menos de nosotros mismos y más de quien administra lo común con criterios de propiedad. Si sacrificamos las economías locales por necesidades del mercado perdemos la conciencia de cercana sostenibilidad a cambio de la de lejana dependencia y, además, dejamos de sentirnos individuos protagonistas de nuestras vidas para transformarnos en un elemento prescindible a merced de otras voluntades y otros intereses. Pedimos lo accesorio porque quizá ya no nos creemos con derecho a exigir lo fundamental.
    Saludos.

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